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Fin de semana

Panorámica de Medellín.
MEMORIAS ERRÁTICAS

Café en Armenia y olla en Medellín

El viajero es un animal de costumbres. ¿Lo he dicho ya alguna vez? Lo repito. Parece un fugitivo de la cotidianeidad y sus rutinas, pero en cuanto tiene ocasión fabrica su pequeño cascarón de orden, tal vez para circular mejor por el desorden. Y en el código de normas de mis nuevos socios figuraba que, a la hora de llegar a una pensión, se acometiesen las siguientes acciones: acribillar las paredes con clavos para tender cordeles de un lado al otro de la habitación y sacar de algún cable, si no había un enchufe decente, la conexión para un hornillo.
CRÓNICA NEGRA

El Crimen del Rol

Odiaba los días que salía tan cansado de trabajar. Tenía una sensación difusa de que la vida se le escapaba. Caminaba con prisa para llegar a la parada del autobús. Carlos Moreno Fenández, de 52 años, empleado de una empresa de limpieza, deseaba aquella madrugada, más que nunca, llegar a casa. No se sentía seguro. Era el final de mes y llevaba dinero encima. En sus bolsillos tenía más de 60.000 pesetas, y por tanto se mostraba receloso.
Jaime Altieri: SILENCIO.
DRAGONES Y MAZMORRAS

De repente, el silencio

Esta mañana me ha llamado X por teléfono. Mi amigo, además de poeta, es un lector de estos Dragones, y esperaba encontrarme la semana pasada en lo de Octavio Paz cumpliendo con mi deber de cronista cultural. En un primer momento yo no recordaba qué me impidió, efectivamente, acercarme al importante evento (se celebraba en el Círculo de Lectores, calle O’Donnell, como ya creo haber anunciado) en que se daban cita tantos talentos poéticos e incluso patéticos.