Fin de semana

Una de las estrategias más diabólicas del virus del sida es esconderse en el interior de las células y esperar, al igual que una célula durmiente terrorista, el mejor momento para reactivarse. Un equipo de investigadores estadounidenses ha descubierto cómo lo logra.

Un día hubo que irse de Cuzco. Después de visitar la montaña mágica habíamos cumplido el destino del turista, y lo que era accidental amenazaba volverse habitual. O nos atrapaba Fausto o nos marchábamos. Y había un autobús a Lima.

Vincent Van Gogh, el ilustre pintor, escribía a su hermano Theo para quejarse amargamente por la incomprensión del mundo, la oscuridad del arte y los abismos de la mente.

La madrugada del último día de enero de 1994 dos individuos llevaron a cabo uno de los más brutales crímenes múltiples de la historia de España. Fue en Nigrán (Pontevedra). Los autores, valiéndose de su condición de funcionarios de policía, penetraron en el domicilio de un empresario, secuestraron y maniataron a toda la familia y, después de una noche de angustia y terror, dieron muerte a quemarropa a tres de sus miembros y a la empleada de hogar.

La comarca gerundense de La Garrotxa es una tierra de contrastes donde se encuentran mil y un paisajes diferentes. Por su situación, entre la montaña y la llanura, es un lugar perfecto para pasear, descansar o sentir la naturaleza.

El océano Glacial Ártico esconde la isla más grande del mundo: Groenlandia. Cerca del 85% de su territorio está cubierto por el hielo; no en vano estamos hablando de la segunda reserva mundial de este elemento, sólo superada por la de la Antártida.

Determinados géneros tuvieron su momento de gloria para luego desaparecer, o casi. Así, el western o el cine de gángsters. Sin embargo, el género de la comedia y el del terror se mantienen mal que bien. Seguramente porque tanto la risa como el miedo son dos formas de liberación nerviosa que favorecen la catarsis de las tensiones diarias.

Yo había pensado, como colofón a la temporada que ahora acaba, hablarles del curso del Escorial dedicado a los premios Planeta, al que han asistido muchos premiados –no voy a decir que los más famosos, porque todos lo son–, así como diferentes críticos literarios y distinguidos miembros del exigente y nunca bien ponderado jurado.