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Fin de semana

PANORÁMICAS

La peli pederasta y el fiscal censor

Mussolini y Primo de Rivera eran muy buenos censores. Porque censuraban poco. Lo justo e imprescindible. El italiano, ante el éxito de los autores rusos filocomunistas y anarquizantes en su país, decidió no censurarlos. Así evitaba que se hiciesen ediciones populares y su radio de acción ideológica llegase a más gente. De forma parecida actuaba el dictador español, que prohibía de vez en cuando algo en los periódicos pero no en los libros, porque, después de todo, ¿quién leía (lee) libros en España?