CIENCIA
Millás caníbal
Para un escritor consagrado sólo hay una cosa más peligrosa que la hipérbole: la prisa. Concederemos por lo tanto que Juanjo Millás, la semana pasada, tuvo prisa. Digamos que le pilló desprevenido el toro del cierre y se dedicó a rellenar con las primeras ideas que se le pasaron por la cabeza los huecos que le dejó el maquetador de El País Semanal.