
LEER POR LIBRE
La libertad de la lectura
Este cronista pasó una tarde en el campo y regresó con ánimo renovado a las tareas de la ciudad. Visité a un amigo filósofo, aunque él sólo admite que le llamen "aprendiz de filósofo". Cultiva una pequeña huerta, con hortalizas, algunos frutales y un pequeño jardín; lee, escribe y visita muy a menudo a un viejo amigo, casi anciano, que vive acompañado de su nieta, una joven que viste pantalones ajustados y blusas ceñidas "en que puntean los senos".