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PANORÁMICAS

Payasos, tenores, jabalíes y otros animales políticos

¿Recuerdan con nostalgia a los elegantes y sofisticados asesores del presidente Bartlet en El ala oeste de la Casa Blanca?, ¿consideran que Yes, (Prime) Minister es una de las mejores comedias de todos los tiempos?, ¿les parece que Maquiavelo es un pensador político sutil a la par que profundo?, ¿desconfían de la lengua de trapo bienintencionada y llena de frases huecas de los políticos sospechosos habituales?, ¿no se asustan por un poco, o un mucho, del lenguaje ofensivo e insultante? In the loop es su película y The Thick of It, su serie.

¿Recuerdan con nostalgia a los elegantes y sofisticados asesores del presidente Bartlet en El ala oeste de la Casa Blanca?, ¿consideran que Yes, (Prime) Minister es una de las mejores comedias de todos los tiempos?, ¿les parece que Maquiavelo es un pensador político sutil a la par que profundo?, ¿desconfían de la lengua de trapo bienintencionada y llena de frases huecas de los políticos sospechosos habituales?, ¿no se asustan por un poco, o un mucho, del lenguaje ofensivo e insultante? In the loop es su película y The Thick of It, su serie.

Imaginen por un momento las delicadas expresiones que le tienen que estar dedicando a la activista Aminatou Haidaren el Ministerio de Asuntos Exteriores español. Lo más suave debe ser "hija de saharaui". Y a los funcionarios españoles en despachos impersonales preguntándose qué han hecho ellos para merecer esta marcha verde unipersonal. O, desesperados, colgados al teléfono tratando de convencer a funcionarios de otros países, o a periodistas en diversas redacciones, para venderles la moto con la que librarse del problema político que les ha caído encima, con un ojo puesto en el electorado y el otro en el jefe (siempre hay uno). Sería fantástico poder ver la tramoya política sobre el caso de la saharaui colocando cámaras en la Moncloa como si de un Gran Hermano se tratase.

En Gran Bretaña ese microscopio aplicado al día a día de los políticos lo llevaron a cabo en la thatcheriana década de los 80 los muy liberales Anthony Jay y Jonathan Lynn cuando crearon Yes, (Prime) Minister, la satírica comedia que ponía en solfa el pretendido carácter neutral de la acción gubernamental. En la serie de la BBC los políticos británicos eran despojados de su mítico talante olímpico –que supuestamente les situaba más allá del bien y del mal, siendo capaces de sacrificar el interés propio en aras del bien común– aunque aún conservaban su flema.

Con el nuevo siglo, ni la flema les queda a los ingleses. La serie The Office parodiaba el funcionamiento burocrático en una empresa comercial, en la que los empleados estaban más atentos en sobrevivir que en hacer competitiva la empresa, todo ello rodado con un look de documental, cámara en mano y con los actores frecuentemente interpelando al espectador. Por otro lado, el humorista Sacha Baron Cohen había dinamitado los límites de lo que podía decirse en televisión con sus personajes Alí G, Borat y Bruno, una pandilla basura capaz de reírse de lo más sagrado (como manda el Libro Gordo del Bufón).

Asesorados por un especialista en insultos, The Thick of It es creación de Armando Iannucci, un escocés que de pequeño se distraía leyendo las actas del Parlamento británico. Rarito el muchacho. Y de aquellos lodos lectores provienen estos polvos televisivos (para la BBC, lejana del cartón piedra al que nos tiene acostumbrados TVE): la vivisección de la doblez congénita a los políticos, un análisis despiadado y burlón de la oficina de un ministro inglés de segunda fila durante el mandato de un Prime Minister al que nunca vemos pero cuya presencia amenazante se siente a través de la figura tronante de su director de Comunicaciones, Malcolm Tucker (un afiladísimo e inolvidable Peter Capaldi), una metralleta insultando sin piedad y a una velocidad de vértigo a todo aquel incompetente que meta la pata hablando más de lo que debe o no siendo lo suficientemente preciso. Y el ministro de Asuntos Sociales y Ciudadanía, paradigma de ministerio prescindible y hueco, va a ser su blanco favorito a la hora del despiece argumental y la inflación de términos ofensivos.

Por ejemplo, si el primer ministro ha sugerido que "deberían" hacer una política concreta, ¿implica ese condicional una orden o una mera reflexión? Todo un capítulo estará dedicado a la interpretación del oráculo, lo que ocasionará malentendidos, desmentidos, broncas y una batería de "fucking". De ese mundillo endogámico en el que se mueven políticos y periodistas, de esos juegos al gato y al ratón en plan Rasca y Pica (los simpsonianos dibujos), las sutiles fronteras entre el maquillaje de la realidad y la brutal manipulación de los datos, el deslizamiento desde lo que debería ser un servicio público y se convierte en un trampolín de intereses personales, de la vanidad y el rencor como talantes básicos del político... todo ello es desmenuzado sumariamente a través de capítulos de media hora que hielan una sonrisa hierática en la cara.

Si El ala oeste de la Casa Blanca te impulsaba a querer estar en el ajo, en la pomada, en el núcleo de las decisiones políticas más importantes, planteando un equilibrio caballeresco entre los ideales y las encuestas de opinión, The Thick of It lleva a sus últimas consecuencias la visión desencantada y ácida sobre una casta política amargada y gris, entre la neurosis y la psicopatía. Decía Ortega y Gasset al principio de la República:

Tenemos que hacer una democracia que no sea linfática, barroca y lentísima... Nada de divagaciones ni de tratar frívolamente problemas que sólo una revelación de técnica difícil puede aclarar; sobre todo, nada de estultos e inútiles vocingleros, violencias en el lenguaje o en el ademán. Porque es de plena evidencia que hay, sobre todo, tres cosas que no podemos venir a hacer aquí: ni el payaso, ni el tenor, ni el jabalí.

Iannucci nos muestra un híbrido político monstruoso: unos payasos que arremeten como jabalíes que insultan a voz en cuello simulando ser tenores.


The Thick of It. Sátira política. Creador: Armando Iannucci. Guionistas: Jesse Armstrong, Simon Blackwell, Armando Iannucci. Protagonistas: Peter Capaldi, Chris Langham, Rebecca Front, Chris Addison. Reino Unido, 30 minutos. 2005 - presente.
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