LAS MURALLAS DE LUGO, PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Cinco puertas antiguas y otras tantas modernas invitan a entrar y conocer la bella ciudad gallega.
Empezamos nuestro paseo por la Puerta de Santiago, enfrente de la Catedral. Es una de las seis puertas que permiten subir a las murallas. Conocida también como Puerta del Postigo, es de la época de los romanos.
Iremos caminando por el adarve siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Dejaremos bajo nuestros pies la Puerta Miñá o del Carmen, que está justo frente a la iglesia del mismo nombre, emplazada sobre un antiguo templo dedicado a la diosa Isis. Se dice que Santiago Apóstol cristianizó a ésta, convirtiéndola en la Virgen de los Ojos Grandes, patrona de Lugo.
Turno para la Puerta del Obispo Odoario. Su apertura, en 1921, no estuvo exenta de polémica: varios vecinos litigaron con el Ayuntamiento luego de que éste, parar abrir el hueco de la puerta, voló parte de la muralla. Para dotarla de mayor protección, ese mismo año la muralla fue declarada Monumento Nacional.
Y ahora, la Puerta Nueva. En tiempos de los romanos partía de ella la calzada que, atravesando el Miño, se dirigía hacia Brigantium, Betanzos. Más alejada está la Puerta de San Fernando, por la que entraba el acueducto romano. No obstante, la que contemplamos ahora data del siglo XIX.
Casi pegada a la anterior está la Puerta Falsa, conocida también como la Puerta del Boquete, por su forma. Era de uso militar. En las inmediaciones se descubrieron tumbas romanas de incineración.
Dónde dormir
– Méndez Núñez (982 23 07 11). Rúa da Raíña, 1. Precio: 60 euros.
Inaugurado en 1861, este establecimiento ha sido regentado siempre por la familia Fenández-Bobadilla, de gran tradición hotelera. Consta de 70 habitaciones, recién reformadas y adaptadas a las necesidades actuales de los clientes. Un hotel cómodo, muy agradable y magníficamente situado.
Dónde comer
– Mesón Alberto (982 228 310). Cruz, 4.
Uno de los clásicos de la ciudad, situado en el centro del Casco Antiguo. Cocina tradicional elaborada con productos de primerísima calidad.
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ALMAGRO: TEATRO, VINO Y BUEN HACER EN TIERRAS DE DON QUIJOTE
Almagro entra a formar parte de la Historia de la mano de la Orden de Calatrava, en el siglo XIII. La Plaza Mayor es, hoy como ayer, el punto de encuentro de esta villa, ya sea para el teatro –en su Corral de Comedias, de finales del siglo XVI, donde se celebra cada verano el famoso festival–, como para el fútbol –se juega un curioso torneo de a tres– o para los conciertos, como los ofrecidos en el festival floclórico Ciudad de Almagro, que ya tiene varios años.
El Ayuntamiento, de estilo renacentista, fue reformado en 1865. Entonces se cubrió la sillería y mampostería original.
Si atravesamos por la calle de la Feria iremos a parar a la calle Arzobispo Cañizares, donde se encuentra el Almacén de los Fúcares, por los Fugger, banqueros alemanes a quienes Carlos I concedió las rentas de las minas de Almadén. El almacén se construyó en el siglo XVI, precisamente, para administrar las minas y almacenar tanto mercurio como grano.
No dejaremos de visitar el Teatro Municipal, símbolo de la burguesía del lugar en el siglo XIX. La fachada es neoclásica y parece un poco fuera de contexto, y la decoración, tanto exterior como interior, es de estilo grecorromano.
Tenemos una cita también con el Palacio de los Marqueses de Torremejía, hoy escuela hogar de las Madres Dominicas, y el de los Condes de Valdeparaíso, que data del s. XVII y que ahora alberga un centro cultural y residencial y la Oficina de Turismo.
Dónde dormir
– La Casa del Rector (926 26 12 59). Pedro Oviedo, 8.
Construida en el siglo XVII, esta casa solariega tiene historia para dar y tomar. Podríamos dividirla en dos partes, bien distintas: la entrada, de un clasicismo contemporáneo que llama la atención, y la trasera, de un agresivo diseño moderno.
Dónde comer
– El Corregidor (926 860 648). Jerónimo Cevallos, 2.
La bodega, sencillamente, impresionante.
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