Nueva Zelanda, al sureste de Australia, está compuesta por un grupo de islas; las dos más importantes son North Island y South Island, y están separadas por el Estrecho de Cork. El paisaje prácticamente no difiere: ahí están las cumbres nevadas de los Alpes neocelandeses, los parajes volcánicos de Rotorua, las costas accidentadas, las largas playas, de centenares de kilómetros, que llaman a los amantes de la soledad.
Nueva Zelanda se ha convertido en uno de los destinos buscados por los amantes de la aventura y los deportes de riesgo. Sin duda, la auténtica capital de la aventura es Queenstown, en la Isla Sur. Allí el ritmo del corazón se acelera con las más diversas propuestas: lanzarse a casi 100 kilómetros por hora en una lancha motora por un río encajonado, tirarse de cabeza desde un puente atado solamente por los pies... No faltan las propuestas para hacer rafting o para sobrevolar la zona en biplaza, parapente, helicóptero o ala delta; para montar a caballo, practicar esquí o hacer excursiones en 4x4.
Uno de los deportes excitantes que se pueden practicar es el cave rafting, variación del rafting consistente en navegar por las corrientes de los ríos subterráneos a bordo de neumáticos, con trajes de neopreno y cascos de espeleología. En la zona de Waitomo, en la Isla Norte, se organizan aventuras bajo tierra, entre estalactitas, estalagmitas y cuevas oscuras. También se puede optar por el rafting en el río Shotover (Isla Sur).
Para los más atrevidos, el bungy jumping, que es como se denomina aquí al puenting. A. J. Hackett fue quien hizo famoso este deporte en Europa, tras lanzarse desde la Torre Eiffel en 1986. La idea de saltar al vacío atado por los tobillos se basa en un antiguo ritual de Vanuatu, aunque Hackett lo adaptó a los nuevos tiempos y comenzó a practicarlo en el puente sobre el río Kawarau (Isla Sur). También merece la pena el Skippers Cannyon Bridge, que mide 71 metros y custodia el paso del río Shotover.
Los que prefieran el senderismo tienen el Milford Track (Isla Sur), para algunos la ruta más hermosa del mundo. Es una alternativa barata, ya que por poco dinero se obtiene la compañía de un guía y alojamiento en las cabañas que hay a lo largo del trayecto. La ruta se inicia en el lago Te Anau y concluye en Milford. Se puede hacer en cuatro días, aunque no viene mal emplear un par más para profundizar en el conocimiento de lo que nos encontramos a nuestro paso.
Después de un día excitante, bien merece la pena una noche de cervezas en los pubs de Queenstown. Una cerveza Red Lion o Steinlager sabrá mucho mejor si coincidimos con los numerosos back-packers de diseño que cuentan los avatares vividos en la jornada. A lo mejor no gastan en hotel, pero los jóvenes saben muy bien lo que quieren.
Desde el aire, a bordo de un helicóptero, se nos ofrece una hermosa perspectiva de la Isla del Sur (especialmente interesante es la vista de los glaciares de Wanaka). También podemos optar por el globo, y contemplar las llanuras de Canterbury, el monte Cook o los Alpes del Sur. Para los espíritus inquietos está el skydiving, una modalidad de vuelo en ultraligero.
Podemos practicar kayaking en el Parque Nacional de Abel Tasman (Isla Norte); y pescar, bucear o navegar en velero Bay of Islands, el golfo de Hauraki y los fiordos de Marlborough.
Dónde dormir
– Pacific Park Hotel. Bealey Avenue, 263, Christchurch. Teléfono: 64 3 379 8660.
– Sherwood Manor. Goldfield Heights, Frankton Road, Queenstown. Teléfono: 64 3 442 8032.
– Sharella Motor Inn. Glenmore Street, 20, Wellington.
– Park Towers Hotel. Scotia Place, 3, Auckland.
Agencias de aventura
– Kiwi Discovery Tours. Camp St., Queenstown. Teléfono: 442 73 40.
– Shotover Jet. Queenstown. Teléfono: 442 85 70.
– More Fun. Queenstown. Teléfono: 338 737.
Más información
– Oficina de Turismo en Madrid. Plaza de la Lealtad, 2. Teléfono. 91 523 02 26.
www.rafting.co.nz