Es uno de esos agujeros negros de nuestro ordenamiento jurídico, que, aunque está así de mal desde la modificación del Código Penal (1995), nadie se ha tomado la molestia de cambiar. Ahora, sin embargo, una vez que ha sido denunciado, a raíz del caso Nanysex, por los medios de comunicación, la oficina del Defensor del Pueblo trabaja en ello, mientras el Defensor del Menor reflexiona todavía sobre lo ocurrido.
¿Quién se lee en España el Código Penal? Desde luego, no todos los que debieran. En el texto de 1973 se consideraba violación cualquier acceso carnal con menores de 12 años. Entonces, ¿cómo se ha colado en la ley este chollo para los pederastas? Sería bueno investigarlo.
En nuestro país, que tanto se las da de defender y proteger al menor, los fallos garrafales se enmascaran con el silencio... o la persistencia en el error. ¿Cómo hablar de protección del menor cuando el Código considera abuso lo que juzga violación cuando la víctima es adulta? ¿Dónde están los paladines de la infancia? ¿Y los finos juristas?
Conviene que la actualidad vaya poniendo a todos en su sitio. Nanysex es el sobrenombre de un joven informático que se presentaba como canguro, abusaba sexualmente de los niños que se le confiaban y colgaba en internet las imágenes de sus abominables actos. Aunque sólo se le acusa de abusos, el fiscal ha pedido que se le castigue con 30 años de cárcel. Si lo que hacía con los niños hubiera sido reconocido como lo que es, una violación, la petición de pena se habría convertido en monstruosa, de ésas que no se cumplen pero consuelan a los biempensantes.
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Otro de los grandes "agujeros negros" de la ley española es el trato dado a los reincidentes. Un juez de Valencia ha puesto en libertad a una decena de personas imputadas en cuarenta robos y que forman parte de una banda fuertemente jerarquizada. La justificación legal es que ni el fiscal ni las acusaciones pidieron cárcel para los imputados, la mayoría extranjeros, concretamente albanokosovares.
Los investigadores tratan de probar que no son unos meros ladrones, sino que forman parte de una sociedad criminal, una asociación del malhechores. Esta sospecha hizo que por primera vez los diversos cuerpos de seguridad, la Ertzaintza, los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional y la Guardia Civil, actuaran de forma coordinada y conjunta, gracias a lo cual se logró la detención de casi 40 sospechosos de cometer, en distintos puntos de España, 150 robos. Fue la Operación Trampolín. Pero, una vez más, la justicia se ha columpiado.
El enorme esfuerzo conjunto de los investigadores se ha visto concretado en la suelta de unos sospechosos que, según la investigación, participaron en una serie de asaltos que, aunque no eran de extrema violencia, incluían objetivos como domicilios privados, polígonos industriales y entidades financieras. "Eran como una nube de tábanos, que, aunque no mata, provoca angustia e incomodidad". Lo inadecuado de las normas legales ha dejado a los presuntos tábanos en disposición de volver a picar.
Nadie puede extrañarse de que los delincuentes kosovares vengan a nuestro país, dado el garantismo con que se trata a los ladrones y la alegría con que se devuelve a los tábanos a los panales de rica miel. A los pederastas tampoco les asustan demasiado los delitos que puedan colgarles. Así pues, todo esto crecerá, a menos que se le ponga remedio.
FRANCISCO PÉREZ ABELLÁN, presentador del programa de LIBERTAD DIGITAL TV CASO ABIERTO.