Noruega tiene la suerte de ser el extremo septentrional de Europa, una zona de maravillas naturales con encanto en verano y en invierno: días completos de sol y espectaculares auroras boreales. Bellas ciudades, cumbres que superan los 2.000 metros de altitud y archipiélagos que bordean el Círculo Polar Ártico. Es un país para visitarlo y disfrutar de él, especialmente ahora que cumple su centenario como monarquía independiente.
Estamos acostumbrados a oír hablar de Noruega y de sus ciudades más emblemáticas, como Oslo, la capital, y Bergen, que está considerada Patrimonio de Humanidad. Pero este país tiene otros atractivos que también la hacen merecedora de un viaje; para practicar, por ejemplo, el turismo activo. Basta con acercarse hasta los fiordos y a sus islas, las Lofoten y las Vesteralen... Es lo mejor que puede hacer alguien con espíritu deportivo, alguien como tú: conocer las maravillas del mundo y darle, además, al deporte.
Los fiordos han sido de siempre el sustento vital para los pueblos que se asentaron en este árido entorno. Es un apasionante mundo donde la naturaleza es subyugadora. En medio del verdor de las montañas se abren los fiordos, cauces de comunicación naturales, fácilmente accesibles y navegables, que unen el interior con las frías aguas de la costa.
Uno de esos puntos de comunicación es la llamada Turistveg Sognefjellsvegen, o Carretera 55: un bello recorrido por los fiordos a lo largo de 300 kilómetros. El viaje empieza en Lom y termina en Nara, después de una sucesión interminable de curvas y más curvas entre las grandes cimas de la cordillera de Jotunheimen, que sobrepasan los 2.000 metros de altura.
Las posibilidades son infinitas. Desde los fiordos Lustra, Sogne y Nord se tiene acceso al Parque Nacional de Jostedalsbreen, donde está el glaciar más grande de tierra firme de Europa, con 487 kilómetros cuadrados. De junio a septiembre se puede hacer trekking por los senderos indicados. La empresa Natura Duce (00 47 55302640) de Fortun nos proporciona los mejores materiales –bicicletas incluidas– para que podamos recorrer el parque.
De los fiordos podemos dar un salto a los archipiélagos que forman las islas Lofoten y Vesteralen. Son la puerta de entrada al Círculo Polar Ártico. Un paraíso. La pesca de altura, el sol de medianoche, las auroras boreales, los espectaculares desfiladeros sobre el mar, los pescadores sencillos dedicados a la pesca del bacalao, las colonias de todo tipo de aves, el clima ártico atemperado por la corriente del Golfo… todo esto puede practicarse, contemplarse en estos confines de Europa.
Las Lofoten constituyen un mundo desconocido, lejano y de reducidas dimensiones.
En medio de calas vírgenes y paisajes bucólicos, bajo un sol anaranjado, estas islas son célebres por la pesca del mejor bacalao del mundo, el "svrei". Aquí es también donde comenzó a fabricarse el famoso aceite de hígado de bacalao. Entre las montañas están siempre presentes los secaderos de bacalao, unas estructuras de madera con forma de escalera de las que penden las piezas, ya desolladas. Los mejores secaderos están en Henningsvaer, un pequeño pueblo donde también se puede practicar el piragüismo.
Las islas Vesteralen también tienen sus atractivos. El mayor asentamiento humano se encuentra en Harstad, un lugar que destaca por Trondenes kirke, que fue durante muchos siglos la iglesia cristiana más septentrional del planeta. La pesca aquí se convierte en una experiencia única.
Siguiendo la línea costera se llega al antiguo puerto pesquero de Andenes, que hoy en día es famoso por los "safaris de ballenas". Los cruceros salen cuatro veces al día en busca de estos mamíferos. También es recomendable realizar un crucero desde Andenes a la isla de Bleiksoya, habitada por multitud de pingüinos. Aventura en estado puro, ideal para mezclar el deporte con la naturaleza más bella.
Dónde dormir
– El alojamiento más típico son las cabañas "rorbur", que llevan construyéndose en las islas desde el siglo XII como alojamiento para los pescadores durante la temporada de la pesca del bacalao.
Antiguamente no eran más que unas construcciones rudimentarias sobre el mar, pero hoy muchas de ellas se han transformado en alojamiento para turistas.
Especialmente recomendables son las "rorbur" de Justad Rorbuer de Stamsund (Postboks, 110; teléfono: 7608 9334) y las de Johs H. Giaever, en Hinningsvaer (7607 4719), cálidas y muy acogedoras.
Dónde comer
– Bryggeloftet & Struene. Bryggen, 11, Bergen. Teléfono: +47 55 31 06 30. La mejor selección de pescados de Bergen se sirve en el restaurante.
– The Strawberry House. Valldal. Teléfno: +47 70 25 76 58. Famoso por su buffet noruego, por sus deliciosas fresas y por las tartas, las mejores de la zona..