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BIRMANIA

La hospitalidad budista

El tiempo parece haberse detenido en Birmania. Los templos budistas y los parajes naturales marcan el espíritu de un país con una fuerte tradición hospitalaria.

El tiempo parece haberse detenido en Birmania. Los templos budistas y los parajes naturales marcan el espíritu de un país con una fuerte tradición hospitalaria.
Ragún. Shwedagon.
El sudeste asiático alberga uno de los países más bellos... y desconocidos: Birmania. Miles de pagodas de oro salpican la tierra de la que se enamoró Rudyard Kipling en el siglo XIX y que todavía alberga el hotel colonial Strand, todo un referente para el nuevo viajero. Con esos dos elementos mi viaje ya está justificado.
 
Birmania, cuyo nombre oficial es Unión de Myanmar, está cercada por cadenas montañosas, aunque también hay que decir que tiene un litoral costero de 1.930 kilómetros. Hace frontera con Bangladesh y la India (al oeste), China (al norte y al este), Tailandia (al este) y el mar de Andamán (al sur). Es un vergel poco conocido que tiene en la política su lado oscuro.
 
La población de Birmania, Burma o Myanmar es muy religiosa, y está acostumbrada a sobrevivir, desde hace siglos, bajo regímenes opresivos. En la actualidad soporta una dictadura militar, después de haber vivido escasos años bajo democracia, y se palpa en el ambiente una extraña tensión entre la quietud del pueblo y la opresión cotidiana.
 
Hasta hace poco era el principal productor mundial de arroz, pero la dictadura ha acabado con todo. Sin embargo, es admirable cómo las gentes no se resignan y sonríen, con la mirada y la esperanza puesta en el futuro, que confían sea mejor.
 
Casa típica en las inmediaciones de Nyaungshwe.La naturaleza se deja sentir en cada rincón de este singular país. Representante exótico del continente asiático, muestra sus bondades al turismo y comparte sus costumbres, misterios y bellezas. El “Nilo del país”, el río Ayeryarwady, es una de ellas, con sus orillas plagadas de templos budistas (el ritual exige descalzarse para acceder a estos recintos).
 
Para conocer Birmania es necesario realizar una pequeña sucesión de paradas. Lo primero es recorrer la capital: Rangún (Yangoon). Los rascacielos y la arquitectura urbana y moderna no se dejan sentir en sus calles: tan sólo los techos puntiagudos de las pagodas sobresalen. De entre éstas, la primera que se contempla es la de Shwedagon, el templo más sagrado del país, que preside la ciudad desde una de sus colinas. Cubierto por 8.000 láminas de oro, 5.000 diamantes y 2.000 piedras preciosas, es una muestra de ostentación y lujo que nos habla de la riqueza de las dinastías monárquicas del país.
 
A 80 kilómetros de Rangún se encuentra Bagan, la antigua capital del reino de Mon (siglo XV), un lugar donde se palpa y siente la auténtica Birmania, rural y monumental, con dos de las joyas religiosas y artísticas del país: la pagoda Shwemawdaw (Gran Pagoda del Dios de Oro), con 2.000 años de antigüedad, y el Buda reclinado de Scwethalyaung, una imagen de 55 metros de alto.
 
Bagan. Templo ananda.Bagan, una ciudad casi fantasmagórica, fue arrasada por el ejército de Kublai Khan en el siglo XIII. Aquí no vive nadie, pero se conservan tesoros como el Gran Templo de Ananda.
 
Mandalay es un lugar idóneo para los que necesitan del bullicio. En esta ciudad –la última capital del reino antes de la llegada de los británicos– se respira el aroma de la época colonial, especialmente en el Palacio Real y en el Monasterio del Palacio Dorado.
 
Las playas son otro de los grandes atractivos de Birmania. No en vano es el país del sudeste asiático con mayor longitud de costa. Tomad nota de las mejores zonas: el delta del río Ayeyarwady (en las proximidades de Rangún), Ngapali, Chaungtha, Kanthaya y Letkhokkon. Es importante tener en cuenta la estación lluviosa: de junio a noviembre.
 
Después de un baño en el mar, nada mejor que recorrer mercadillos y adquirir alguna pieza de artesanía tradicional. Mandalay es el mejor lugar para ello: allí se puede comprar trabajos realizados a mano en plata, madera, jade o piedra, así como los populares kalagas, tapices bordados. Para hacerse con cheroots (cigarros) hay que ir a Shan, y en Bagan tienen fama las antigüedades y lacas. Los multicolores longyis de algodón se encuentran en cualquier mercado del país, aunque en varios estados (Kachin y Rakhaing) se producen modelos únicos.
 
 
Cómo llegar
Las aerolíneas Thai vuelan regularmente a Birmania, vía Bangkok. De entre los viajes programados cabe destacar los de Nobel Tours, Catai Tours y Viajes Avial.
 
Qué comer
Los ingredientes más comunes son el pescado, el arroz, los tallarines, las verduras, la cebolla, el jengibre, el ajo y el chile. Atención al lethok son (ensalada picante), la mohinga (sopa de pescado con tallarines) y el oh-no khauk swe (arroz, pollo y agua de coco). El té se bebe con especias que le dan un color rojo brillante.
 
Dónde dormir
En Rangún:
Hotel Nikko Royal Lake. Natmauk Rd, 40. Tlf: 01 544 500.
Kandawgyi Palace Hotel. Kan Yeik Tha Road. Tlf: 01 249 255.
– The Strand. Strand Road, 2. Tlf: 01 243 377.
 
En Mandalay:
– Mandalay Swan Hotel. 25th Street. Tlf: 02 316 255.
 
En Nyaungshwe:
– Hu Pin Hotel. Nyaungshwe, 23. Tlf: 08 121 374.
 
Más información
www.myanmar.com
www.itu.int/MISSIONS/Myanmar
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