En muchos de los lugares de nuestra ruta apenas quedan vestigios de las huellas reales de estos personajes. Pero, echando mano de los libros de historia y de las leyendas, hemos conseguido recrear algunas de las andanzas de estos famosos bandidos; o lo hemos intentado. Nuestro escenario serán las sierras de Cádiz y Málaga, así como los caminos que cruzan las campiñas de Sevilla y Córdoba.
Un punto de partida puede ser Sevilla, en cuyas plazas fueron ajusticiados algunos bandidos. Admiraremos sus monumentos y picotearemos algo en sus numerosas tabernas. De ahí partiremos a los "Santos Lugares", el centro geográfico del bandolerismo: Estepa, Écija, Osuna, Cantillana…
Andrés López, conocido como Curro Jiménez en la televisión, era de la villa de Cantillana, cuya ubicación, en una primera terraza de la confluencia de los ríos Viar y Guadalquivir, ha sido determinante en su evolución histórica y su estructura urbana, organizada en torno a sectores circulares.
Acudiremos después al lugar que vio nacer al bandido que nunca mató: Osuna. Esta localidad posee un inmenso patrimonio cultural, una fuerte personalidad y un gran atractivo. Conserva un gran número de monumentos, entre los que se cuentan la antigua universidad, la colegiata (del siglo XVI), que alberga los sepulcros de los duques de Osuna, y conventos importantes, como los de la Concepción y la Encarnación. En cuanto a los espacios naturales, destacan las Lagunas de Osuna, con multitud de especies de aves y una rica flora.
La siguiente parada es Lucena, cuna de José María el Tempranillo. Situada en una posición estratégica, entre las comarcas de la Campiña Alta y la Subbética y el curso medio del Genil, es conocida como "la perla de las Tres Culturas". La huella del pasado se hace evidente en la Cueva del Ángel –uno de los yacimientos del Paleolítico más importantes de Europa–, el yacimiento romano de Los Tejares y la ciudad iberorromana de Morana. Destaca asimismo la iglesia de San Mateo, de estilos gótico-mudéjar y renacentista.
Y de aquí a Estepa, tierra natal de Joaquín Camargo el Vivillo. De la época del bandolerismo todavía queda la torrecita de la calle Amargura, donde vivió un hombre que hacía de guardián del dinero de los bandoleros... y que se hizo rico a su costa. También se conservan algunas de las cuevas en que se refugiaban los perseguidos. Pero, sin duda, lo más destacable es el camarín de la Virgen de los Bandoleros, en la iglesia del Dulce Nombre, lugar de "peregrinación" de muchos bandidos, que imploraban ayuda y perdón a su patrona... y de paso la adornaban con un sinfín de joyas, producto de sus botines, que hoy todavía se conservan.
En Écija nació Francisco de Huertas, a cuya ejecución asistieron todas las autoridades del pueblo. Conocida popularmente como "la ciudad de las torres", esta localidad es famosa por la banda de Los Siete Niños de Écija. Visitar sus calles es una buena oportunidad para adquirir alguna pieza de artesanía; presten especial atención a la cerámica, la forja y la piel.
Haremos una parada en la Sierra de Grazalema, el lugar favorito de el Tempranillo, que eligió su iglesia para casarse, según cuentan las gentes del lugar. A un paso está el Parque Natural de Grazalema, una de las zonas más lluviosas de España. Aquí crecen un sinfín de abetos y pinsapos, un vestigio de la última glaciación alpina. Y no podemos olvidarnos de sus restos arqueológicos, donde destacan las pinturas rupestres de la Cueva de la Pileta.
Pondremos fin a nuestra ruta donde se respira el aire más romántico de los bandoleros: Ronda. Es ésta una de las ciudades más antiguas de España, con unos orígenes que se remontan al Neolítico. Los bandoleros y los toreros eran tratados como héroes en la época en que el poeta Rilke se alojaba el hotel Reina Victoria y los viajeros ingleses difundían un sinfín de leyendas con aquellos como protagonistas.
La Plaza de Toros de la Real Maestranza y el Puente Nuevo son los símbolos emblemáticos de la ciudad. La primera es la más antigua de España y la única que cuenta con barreras de piedra. Y su puente, de sillares de piedra extraídos del fondo de la garganta del Tajo, con 98 metros, es una obra maestra de la arquitectura civil.
En Ronda nos espera también el Museo Histórico Popular del Bandolero, en pleno casco histórico.
Dónde dormir
– Alavera de los Baños (952 879 143). Ronda. Precio: desde 80 euros. Situado en el barrio de San Miguel, este hotelito de nueve habitaciones cuenta con unas bonitas vistas sobre el Tajo de Ronda.
– Posada de José María el Tempranillo (952 711 009). Ctra. Alameda-Antequera, kilómetro 1. En un cruce de caminos, a escasos metros del cortijo donde fue herido de muerte el Tempranillo. Imágenes de bandoleros, esquelas y edictos de la época forman parte de una decoración para la que se ha recurrido a más de 250 documentos gráficos.
Dónde comer
– Restaurante Tragabuches (952 190 291). José Aparicio, 1, Ronda. De visita obligada para los amantes de la alta gastronomía. Ofrece platos modernos con toques andaluces.
– Restaurante Doña Guadalupe (954 810 558). Plaza de Guadalupe, 6-8, Osuna. Comida casera muy innovadora.
Más información
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