Todavía son pocas las opciones en Europa, pero seguro que pronto serán numerosos los faros recuperados como hoteles.
– El far de Sant Sebastià (Gerona). Lujo con estilo mediterráneo
Cerca de las mejores playas de la Costa Brava y a las afueras del pueblo de Llafranc se sitúa el Far, una antigua hostería con una ermita del siglo XVIII y una torre medieval de vigilancia convertida en un lujoso hotel. La torre se erigió, hace más de 500 años, porque estaba (está) en un paraje perfecto para divisar si había piratas en las inmediaciones.
El Far está en la cima de una colina de 175 metros que se asoma al mar como en un juego de malabarismo. Fue la familia Figueras la que rescató este conjunto arquitectónico del olvido, restaurándolo y convirtiéndolo en un maravilloso e idílico hotel.
Las nueves habitaciones ofrecen a sus huéspedes las mejores vistas con que hayan podido soñar. El mar, infinito y grandioso, se muestra en todo su esplendor, y sirve para mecer y guardar los sueños. La interminable línea del Mediterráneo es nuestra única compañera.
Platja de Llafranc, Palafrugell.
Teléfono: 972 30 16 39.
Habitaciones: 9.
Precio: Desde 195 euros.
– Corsewall Lighthouse (Stranraer, Escocia). Sin dejar de ser lo que fue
Los que se alojan o cenan en este lugar saben que son unos afortunados. Pocos lugares hay tan agradables como este faro de 1815, que todavía impone, con sus luces proyectándose sobre las costas occidentales de Escocia.
Corsewall Lighthouse posee la catalogación "A", por su importancia histórica y arquitectónica. Lo más curioso es que sigue siendo lo que fue: el guía de los barcos que atraviesan la boca del lago Ryan.
En los días claros se puede ver fácilmente la costa de Irlanda; más frecuente es contemplar las embarcaciones que se acercan a la península de Kintyre y los atardeceres sobre The Firth of Clyde.
Los amantes de la historia deben acercarse hasta el Fuerte de Dunskirkloch, que evidencia sus vínculos con la Edad de Hierro.
Para finalizar, y por volver al hotel, una recomendación: pida la Lighthouse Suite. Está un poco retirada del edificio principal, pero tiene unas vistas difíciles de olvidar.
Corsewall Point, Kirkcolm, Stranraer.
Teléfono: 01776 853220.
Habitaciones: 9 suites.
Precio: Entre 75 y 375 euros.
– Estalagem do Farol (Cascais, Portugal). Diseño luso con fondo atlántico
En una de las localidades con más encanto de Portugal, Cascais, se encuentra un hotel especial; de esos en los que antes de marcharte ya estás planeando otra visita. Una escapada a este rincón del país vecino durante varios días sirve para cargar las pilas para una larga temporada.
Estalagem do Farol abrió sus puertas en 2002. El privilegio de estar en contacto con el océano Atlántico y el lujo de darse un baño en la piscina, donde el mar rompe y las rocas parecen un vínculo entre el cliente y el medio, es una experiencia difícil de olvidar.
Cuenta con dos arquitecturas muy diferentes: la de la villa original y la de la ampliación moderna. Estos dos lenguajes arquitectónicos se integran con el entorno y se complementan. El trabajo de rehabilitación, realizado por la Sociedad de Arquitectos Dias, ha convertido este hotel en un lugar de diseño moderno y funcional donde priman las impresionantes vistas.
Todas las habitaciones cuentan con una decoración original y diferente. El elemento común: las bañeras de hidromasaje, el complemente perfecto para aumentar la sensación de paz y tranquilidad que se siente aquí.
Mención aparte merece el jardín japonés. En esta "porción de paraíso" las puestas de sol tienen un encanto especial, con la magia del Atlántico como telón de fondo.
Av. Rei Humberto II de Italia, 7, Cascais.
Teléfono: 00 351 214 823490.
Habitaciones: 35 dobles.
Precio: Desde 100 euros.
– El semáforo de Bares (La Coruña). Un secreto que mira al Cantábrico
Esta instalación, construida en el siglo XIX, hacía antes las veces de batería de costa del ejercito. Su nombre se debe a que antiguamente se mandaba a los barcos desde aquí señales con banderas marítimas. Dejó de funcionar como tal a mediados del siglo pasado.
El lugar es envidiable: sobre el Facho de Maeda, a una altura de 330 metros, casi vigilando esa extraña frontera entre La Coruña y Lugo.
Las habitaciones están marcadas por la austeridad, pero el entorno puede con todo. No es de extrañar que desde que echó andar ostente el título de Hotel da Naturaleza.
Cuando se inauguró, en el 2002, el municipio de Mañón recuperó su orgullo histórico. Muchos volvieron a recordar sus asentamientos romanos, y la discusión sobre si los fenicios estuvieron allí o no… Indudablemente, el punto más atractivo sigue siendo el poblado de O Barqueiro, con las casitas colgadas sobre el pequeño puerto, casi como una postal. El nombre del asentamiento viene dado por el antiguo barquero que pasaba personas y mercancías de un lado a otro de la ría, hasta que en 1901 se inauguró el puente metálico.
Semáforo de Bares, s/n, Faro da Estaca de Bares.
Teléfono: 981 417 147.
Habitaciones: 6.
Precio: Entre 60 y 125 euros.