El mundo del caballo

La fama de los caballos de esta región se remonta a los tiempos de la reina Boadicea, que ponía a prueba la velocidad y resistencia de sus equinos, con los que se atrevía a hacer frente incluso a los poderosos romanos. Sin embargo, las carreras no tuvieron importancia hasta el siglo XVII. Fue el rey William I, gran aficionado a la caza, quien puso de moda la zona y sus caballos.

 

Los primeros documentos que atestiguan la celebración de carreras son del año 1622, en pleno reinado de Charles I. Su hijo, Charles II, trasladaba la Corte en primavera y otoño a las campiñas de Newmarket para celebrar competiciones ecuestres, en las que tomaba parte la nobleza.

 

En Newmarket se cuida este legado. La institución que encarna la tradición es el Jockey Club, situado en High Street, la arteria principal de la ciudad, desde 1752. Aquí se reúnen los jockeys del lugar, que son considerados "pequeños grandes hombres" por su baja estatura y poco peso.

 

Los entrenadores, muchos de los cuales rozan la sesentena, son otros de los héroes de Newmarket. El sueño de estos hombres es aparecer en las páginas de deportes de los grandes periódicos del país, o que su retrato cuelgue de las paredes del National Horseracing Museum, en el que todo gira alrededor del caballo. Al entrar aquí, lo primero que impresiona son los retratos de hace casi tres siglos. Obras pintadas por Herring y Stubs, cuadros protagonizados por grandes caballos como Mill Ref... y la estrella indiscutible: el esqueleto de Eclipse, que no perdió nunca una carrera, según afirma la leyenda.

 

Es entre las calles donde se encuentran situadas las pistas de galope o "gallop", donde caballos y jinetes calientan, formando un colorido mosaico. El visitante se da cuenta entonces de que Newmarket vive para los purasangre ingleses o "thoroughbred".

 

Alrededor del mundo de los caballos se mueve mucho dinero y un importante conglomerado de negocios. Nadie pierde detalle de los movimientos de los animales ni deja de leer The Racing Post, el periódico de las apuestas. Para respirar el ambiente del juego el mejor lugar es el Clock Tower Café.

 

Pero el verdadero espectáculo tiene lugar en el famoso hipódromo de la ciudad. Como manda la tradición, en los días de carrera todo el mundo come, bebe y apuesta. En estas jornadas se deja notar el más genuino estilo británico: gentlemen por aquí, ladies por allá, con sus originales y llamativos sombreros, jaguars y rolls...

 

Las subastas son otra fuente de ingresos importante. La libra no es la moneda oficial de las mismas, sino la guinea. Los que pueden se gastan auténticas fortunas; entre ellos, numerosos millonarios árabes y japoneses.

 

Newmarket cuenta con otros lugares que no pueden dejar de visitarse, como la Casa Cleveland, de principios del siglo XIX, y la Torre del Reloj. Y los cafés: el ya mencionado Clock Tower, el del National Horseracing Museum, el Gannetts o el Ye Old Scotch Tea, donde es típico saborear el té y el café leyendo el Times.