El eterno paraíso

 

Bali tiene montaña, mar, cultura, paisajes increíbles… y todo, guardando el gusto de hace cuatro siglos. No es extraño que los extremistas eligieran este destino para dar un golpe a la industria turística internacional… Aquí Occidente se acerca cada vez más a Oriente.

 

Es uno de los destinos con el que todos hemos soñado. Los balineses tienen a su isla por "el paraíso", y afirman que sólo su Dios podía crear un lugar tan excepcional. Julia Roberts, David Bowie, Susan Sarandon y Mick Jagger son algunos de los famosos que encuentran aquí un refugio contra el estrés.

 

Los más afortunados podrán alojarse en algunos de los más bellos hoteles del mundo. La anterior no es una frase hecha: resulta un lujo poder alojarse en los hoteles-villa (con techos de paja, terrazas, piscinas privadas y fabulosos spas) que hay en Denpasar, la capital, que cuenta con apenas 200.000 habitantes.

 

Aquí se encuentra el Hotel Oberoi, que algunos denominan "la casa" de Mick Jagger, ya que el cantante de los Rolling pasa en él largas temporadas. Ubicado sobre la playa de Seminyak, goza de fantásticas vistas al océano y de una tranquilidad difícil de imaginar. También en Seminyak, el hotel The Villas Bali es un lugar excepcional para relajar el cuerpo y el espíritu. Dos o tres tratamientos en su spa harán que nos olvidemos de todo durante unas cuantas horas.

 

El clima exótico y las aguas cálidas convierten las estupendas playas de Bali en un destino perfecto, sobre todo si te gusta el surf. Kuta es uno de los "paraísos" de este deporte. En las tiendas del pueblo se puede encontrar toda la ropa de primeras marcas como Quicksilver, Rip Curl o Billabong.

 

Cerca de Kuta se encuentra la playa de Nusa Dua, donde hay hoteles muy especiales. El primero es el resort Amanusa, junto al club de golf de Bali. Desde sus jardines se puede contemplar el volcán del Monte Agung. El mayor lujo del Amanusa son las piscinas de cada villa y su spa, famoso porque dicen que en él se ofrecen los mejores tratamientos faciales.

 

El The Balé es otra opción. La decoración se basa en un diseño contemporáneo y minimalista, con elementos indonesios. El secreto está en que no parece un hotel. Su lujoso spa y su playa privada son algunos de los elementos que le convierten en un destino privilegiado.

 

Desde la playa iniciamos el viaje hacia el interior. En el camino predominan los arrozales y las palmeras. Todo es de un verde intenso difícil de olvidar. Ubud es un ejemplo de pueblo del interior. Sinónimo de relajación y exotismo, es un paraje perfecto para conocer la Bali más auténtica.

 

Aquí también hay varios establecimientos con spa, como el Hotel & Resort Alila, antiguamente conocido como The Chedi, cuyas esculturas –en los jardines– lo convierten casi en un pequeño museo. Otro lujoso hotel es el Amandari, en el que no faltan las piscinas privadas, los mármoles de Java en los baños y el bambú decorativo. Finalmente, el Kamandalu, uno de los hoteles más idílicos que se pueden encontrar en la isla.

 

No hay que olvidar que, junto a las maravillas naturales, hay en Bali un rico muestrario de templos hinduistas. Templos como Besakih o Templo Madre, el Templo del Lago Bratan, el Templo del Mar, Tanah Lot, Batu Bolon, Besakih, Uluwatu, Candi Kuning, Goa Lawah y Mengwi reflejan los ritos hinduistas del pueblo balinés. Sus nombres son tan misteriosos como las edificaciones, que constituyen el centro de la vida de los fieles. Sin duda, un placer para los sentidos.