Bosques

El hayedo más grande y hermoso de Europa occidental se encuentra en Navarra. Irati, donde cada paso es un crujir de las hojas que conforman la alfombra que se extiende bajo nuestros pies, ha sido escenario de varias películas ambientadas en la estación otoñal. Nunca habrán podido admirar tanta variedad de tonalidades como aquí, ni pasear tan fácilmente por un bosque. Con el invierno, la belleza del Pirineo se transforma… Disfrutarlo con nieve merece una escapada.

 

Se recomienda visitar el centro de interpretación de la naturaleza de Ochagavía. También merece la pena recorrer los demás pueblos del valle, para empaparse de su tranquilidad, riqueza arquitectónica y gastronomía sin igual.

 

Y para hacer alguna que otra compra, la tienda de Artesanía Popular Gayarre, donde se pueden adquirir objetos típicos de la zona.

 

 

 

 

 

 

Muy cerca de Madrid, este remanso de paz; eso sí, salpicado de algún que otro chalet. Sus altísimos pinos se han acostumbrado a vivir bajo temperaturas extremas y con poca agua.

 

Pero su peculiaridad radica en su olor. Sí, sí, han leído bien, ya que es uno de los paisajes más olorosos que existen. Eso sí, si es alérgico al polen, no pasee por aquí en primavera, cuando los abetos sueltan un fino polvo y las orugas provocan irritaciones de piel.

 

El pueblo es un compendio de casas construidas con mucho gusto por los veraneantes del Madrid burgués de principios del siglo XX, los primeros en descubrir este lugar. Las Navas transmiten ahora su esencia serrana. Los veraneantes no acosan, y en los bares se siente el sabor a pueblo.

 

Visita obligada al Castillo de Magalia y a los restos del viejo Convento de San Pablo, fundado por don Pedro de Dávila, "primer marqués de las Navas y señor de Villafranca en 1547".

 

Paseo por el bosque, chimenea, buen libro y a ver pasar las horas, que las noches son muy largas…

 

 

 

 

 

Declarado Parque Natural en 1977, el macizo del Montseny es una de las cumbres más altas de la cordillera catalana. La combinación de características mediterráneas y atlánticas explica la variada vegetación que puede contemplarse: alcornoques, abetos, robles, hayas, arbustos olorosos y laureles.

 

Es muy aconsejable visitar el centro de interpretación de Sant Celoni y el pueblo de Espinelves, donde se puede adquirir artesanía de madera.

 

Entre los posibles itinerarios, aquí damos tres. Lo más sencillo es comenzar por el Llano de la Calma. Desde el aparcamiento de Coll Formic hasta Pla de l'Ase Mort; desde Sant Marçal hasta las formaciones montañosas del Matagalls y el Turó de l'Home (fuertes pendientes; un recorrido muy transitado por los senderistas); por último, El Sot del Infierno.

 

Desde las carreteras que cruzan la arboleda hasta el Turó de l'Home se puede contemplar unas vistas del litoral catalán y el Prepirineo dignas de admiración.

 

 

 

 

El Parque de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas es el mayor no sólo de Andalucía, sino de toda España. El recorrido comienza en el pueblo de Cazorla, uno de los más bellos y animados de la provincia. Desde aquí, la carretera de la sierra serpentea hasta el Puerto de las Palomas, desde cuyo mirador podemos contemplar el Valle del Guadalquivir.

 

Al sur de la Sierra de Segura se esconde un sorprendente escenario natural riquísimo de fauna y flora, con un microclima propio y una cultura local diferente a la del resto de la provincia.

 

En la Sierra de Cazorla se pueden practicar muchos deportes, como la caza y la pesca (controlada, claro está), y aunque en el pantano no están permitidas las embarcaciones a motor, sí las de vela y remo. El ala delta y el vuelo sin motor, que se pueden practicar libremente entre los meses de julio y diciembre, requieren de un permiso especial el resto del año, para evitar perturbaciones en la nidificación de las aves rapaces.