Por muy harto que esté de política, no consigo resistirme a una velada de viejas glorias ochenteras y nuevas promesas zapateritas reunidas en torno al cónsul Alfonso, rara joya de la dinastía Ming, para enterarme de cómo fue y de lo que será, y de paso pulsar el ambiente. Lo último corrió a cargo del elegante y thoroughly restored Salvador Clotas, ex comisario cultural de la era Felipe y modelo para Miguel Ángel Cortés en todo menos en el crecepelo, y un mariprogre disfrazado de camisa negra con corbata y todo, purito look mussoliniano pata negra.
"Te vas a ver la elite socialista y te encuentras con una peña que ni el comité de empresa de la Pegaso", se quejaba uno de mis apuestos acompañantes. El otro, un dandy la mar de fachendoso y sin rastro de cincel quirúrgico, se limitaba a observar, entre desdeñoso y nostálgico, el animado panorama:
– Los de la tercera fila fueron alumnos míos.– ¿Y qué hacías para arreglártelas con unos estudiantes tan mayores?– Les llevo diez años a todos.– WHAT?– Poco alcohol, melatonina y un purito tras comer. Calla y toma nota. Y luego no vayas diciendo por ahí que soy más chulo que un ocho (oops!).
Abrió Alfonso Guerra subrayando la oportuna intervención en la campaña electoral de cierto grupo no político (¿la Junta Islámica? No, imbécil; dijo "no político". Se refiere a la Conferencia Episcopal). A continuación el catedrático Julián Santamaría, antiguo embajador en Washington y muñidor del triunfo de Felipe en el referéndum de la OTAN, advirtió de la imposibilidad de llegar a conclusiones definitivas debido a que todavía no tenemos encuesta post-electoral. No obstante lo cual lanzó una intrigante pregunta: ¿cómo es que el radical PP ha crecido a costa del moderado PSOE? (¿mandeee?). ¿Habrá que revisar el concepto de centro? Hace unas semanas el bueno de Martin Amis decía que él siempre había sido de centro, pero que como éste se había escorado tanto a la izquierda...
Le siguió Enrique Guerrero, asesor de ZP y gran contador de chistes. Entre ellos, que el periodo 1993-1996, el de la recesión, el aumento del paro y el incumplimiento de los criterios de Maastrich, fue de "grandes avances económicos". Bromas aparte, Enrique glosó las reformas socialistas en el campo de la "democracia radical" y señaló que el pesimismo económico no jugó a favor del PP debido a la deficiente actuación de Pizarro en su debate con Solbes (inexperiencia), un hecho que obligó a Rajoy a entrar en terrenos resbaladizos. Razón no le falta, aunque pese. También prestó especial atención a la trayectoria del PP, citando frases nunca pronunciadas por Rajoy y los suyos y mencionando causas por la que los genoveses nunca pusieron toda la carne en el asador. Me temo que estuviera refiriéndose a otra cosa:
Queridos oyentes zurdos: nuestros anunciantes les agradecen de todo corazón su fidelidad a nuestro programa. No nos dejen, pues como pueden comprobar cada mañana, nosotros nunca nos olvidamos de ustedes, y además no se lo vamos a contar a Francino.
Finalizado el mitin, turno para el profesor Vallespín, director del CIS y hombre fino y atildado, casi melifluo, aunque poseedor de una autoridad académica incontestable. Un par de meses después de las elecciones de 2004 escuché una curiosa conversación entre dos socialistas. Ella recriminaba la "falta de compromiso" de Vallespín, él argüía que, después de todo, hay cargos que sólo deben ocupar los especialistas.
Don Fernando señaló que a finales de enero la situación era de "cuasi empate", y que la alta participación registrada en éstas y en las anteriores elecciones se debía a la posibilidad de cambio de gobierno, como sucedió en 1977, 1982 y 1996. Pronosticó que IU lo tendría muy difícil para remontar –no así los nacionalistas–, y desmintió el "mito" de que una alta participación perjudique a la derecha. Si fuera así, ¿cómo explicaríamos la victoria del PP en las regiones con menos abstención, y por ende la del PSOE en el País Vasco y Cataluña, donde proporcionalmente votaron bastantes menos? Por lo que respecta al centro, señaló que la mayoría de los votantes que se sitúan en los valores centrales de la escala de ubicación ideológica siguen favoreciendo más al PP que a los socialistas. En cuanto a la campaña, el PSOE consiguió su objetivo, puesto que las encuestas realizadas justo antes pronosticaban una participación no muy alta. Tampoco detectaron transferencia de comunistas y nacionalistas hacia Zapatero.
Quien sí dispone de datos sobre el baile de votos es el empleado de la Generalitat y otrora spin doctor de Maragall Gabriel Colomé, perteneciente al sector soberanista del PSC (algún día les contaré lo que una vez me dijo de los andaluces). Gabriel, sin duda el mejor experto electoral del Principado, reveló que el gran mitin del Palau Sant Jordi de Felipe González surgió de improviso y por iniciativa personalísima del ex presidente (por lo que se ve, su olfato político continúa intacto). El PSC ha obtenido resultados similares a los de 1982 y ERC no se ha hundido, sino que se ha situado a medio camino entre 2004 y lo que solía conseguir antes. CiU continúa su declive a pesar de haber obtenido votos procedentes de ERC, y el PP resiste pese a la eficaz campaña socialista, que no consiguió arrebatar votos a la derecha. Volviendo a los apoyos perdidos por los republicanos, Colomé estima que 100.000 fueron al PSOE, 60.000 a CiU y 170.000 a la abstención.Me quedo con la impermeabilidad del votante del PP, el alivio de los analistas (¡qué suerte hemos tenido con la campaña: un poco más y no lo contamos!) y la extraordinaria capacidad de reacción de los socialistas.
El único que mostró cierto alborozo fue el vasco Francisco Llera, eufórico porque el voto autonomista (PSOE, PP y UPyD; él incluye a IU, mero make believe) haya derrotado con creces a los nacionalistas (negras miradas de soslayo de Colomé). Confía en que este cambio se sustancie en una alternativa no separatista en las próximas elecciones vascas. El PNV ya no es imprescindible. IU pierde la mitad, EA casi lo mismo y no se produce transferencia de voto entre PP y PSOE: el primero, al igual que en Cataluña, mantiene sus posiciones, aunque pierde un escaño –por la merma de representación en Vizcaya–. Y todo eso a pesar de la disminución de la población autonomista debido a la presión de ETA-Batasuna (la cara de Colomé es un poema; hay que ver las cosas que se dicen en Madrid). El PNV dice que los proetarras tienen 200.000 votos detrás. Los estudios demuestran que la cifra real es más o menos la mitad.
Distendido colofón del simpático Juan Montabes, apodado el Terrateniente por los olivares que su familia posee en la provincia de Jaén y fiel al Grecian 2000. El PP engulle a los andalucistas y se consolida en la costa andaluza, frontera electoral de la región y zona inaccesible a los socialistas. La concurrencia de las generales y las autonómicas no beneficia al PSOE porque una parte de la población (entre el 5 y el 15%, según los años) cambia su voto según la urna. Arenas lo está haciendo bien, mejor que sus antecesores, pero no podrá desbancar a los socialistas.
Tras el tsunami de datos, aperitivos en un txoko cercano. Ellos siguen a lo suyo, el who is who del socialismo español. Yo engullo pintxos como si se tratara de mi última cena. Pienso en las palabras de Alfonso Guerra saludando la primavera capitalina ("Tiene la arrogancia del sol, mirada cándida... y tiene, el corazón de poeta, de niño grande y hombre niño..."), y recuerdo al que tal día como hoy me decía:
En todas las palabras, mil caricias y miradas, tú me dabas lo que nadie me dio en mi vida... y cada día, cada hora, cada instante pienso en ti y no lo ves.
Y vaya si no lo vi.
Total, a lo que iba: los socialistas de antes siguen siendo muy simpáticos. Me recuerdan al "Everybody's Changing" de los guapos chicos de Keane, y a su "si me muevo es para seguir en el juego"; o en la foto, ahora que han cambiado de fotógrafo.
Enquire within: chuecadilly@yahoo.es