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TIERRA DE BARROS

Baco enseña el camino a los modernillos

Me gusta bajar a Sevilla por Mérida. A la antigua usanza, con una cierta prisa pero sin ser esclavo del reloj. Con esas paradas en la Tierra de Barros. Comprar dulces a las monjas de Almendralejo y, si puedo, atrincherarme en Zafra para disfrutar de esas noches de primavera extremeña.

Me gusta bajar a Sevilla por Mérida. A la antigua usanza, con una cierta prisa pero sin ser esclavo del reloj. Con esas paradas en la Tierra de Barros. Comprar dulces a las monjas de Almendralejo y, si puedo, atrincherarme en Zafra para disfrutar de esas noches de primavera extremeña.
Parador de Zafra.
La tierra arcillosa y la manipulación del barro dan nombre a este territorio situado en la provincia de Badajoz, ente las vegas del Guadiana y Sierra Morena. Una zona de ingeniosos y avispados vecinos que han utilizado durante años lo que la naturaleza ha puesto bajo sus pies para moldearlo con las manos y poder vivir de la alfarería.
 
Ahora, sus tierras rojizas contrastan con las vides que pueblan abundantemente las laderas. De la cantidad se intenta pasar a la calidad, y los vinos tienen actualmente un prestigio que pocos imaginaban hace unos años. Esta unión de elementos conforma un paisaje curioso y poco desarrollado turísticamente.
 
Famosos son los talleres alfareros situados en Salvatierra de Barros, que todavía son utilizados para elaborar unas piezas muy personales. Aún hoy este arte sirve como fuente de ingresos para los habitantes de la localidad. Cuando empezaron a recuperarse edificios históricos por parte de la pseudoprogresia madrileña, muchos de los que allí vivían se dieron cuenta de la riqueza de una tierra casi olvidada. Cuando los Bosé pusieron sus ojos en Rocamador y los pueblos más occidentales de la comarca, como Almendral o Bancarrota, muchos se dieron cuentan de que tenían un mina en el nuevo turismo.
 
Si al norte son la alfarería y el cultivo de la vid los principales recursos para sus ciudadanos, conforme avanzamos al sur de Tierra de Barros las circunstancias económicas y las fuentes de ingreso son diferentes. Aquí el jamón es la estrella, si bien se extraen muchos otros productos del cerdo.
 
El intelecto tiene también su hueco en estos parajes. Tierra de Barros es cuna de grandes poetas; de Espronceda y de Carolina Coronado, por ejemplo. Ésta es muy famosa en la zona tanto por su obra como por la belleza de sus sobrinas. Son naturales de Almendralejo, capital cultural y social de este interesante compendio de pueblos.
 
Dulces del convento de Santa Clara.Almendralejo. Según algunos estudiosos, se fundó a mediados del siglo XIV. Entonces había allí gran cantidad de almendros. De ahí el nombre. Por desgracia, la piqueta y la nueva arquitectura han destrozado muchas de sus antiguas casas.
 
De parada obligatoria es la Iglesia de la Purificación, que cuenta con una torre barroca y portadas gótico-renacentistas. Las pinturas murales que observamos en su interior son obra de Bernardi y de Gritti. Bello es también el edificio que alberga el ayuntamiento: el palacio del Marqués de Manasalud, así como la Ermita de la Piedad, que data del siglo XVI.
 
Sus vinos, sus aceites y sus buenas comunicaciones han dado pie a una vigorosa industria agroalimentaria, principal motor económico del lugar. El visitante podrá paladear exquisitos manjares; en la maleta siempre puede poner una botella de licor de bellota y una caja de gajos de limón de las Monjas de Santa Clara, que en clausura no existe la gula.
 
Nos quedan otros pueblos. Siempre podemos ir hasta Hornachos, que cuenta con una impresionante fortaleza musulmana y una gran variedad de estilos arquitectónicos. La iglesia parroquial de la Purificación es una de las obras mudéjares más impactantes de toda Extremadura.
 
En Hinojosa del Valle podremos contemplar la iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles, y en Llera la de San Sebastián, en cuyo interior hay un retablo de los que se recuerdan.
 
Incluso nos queda una escapada hasta Villafranca de los Barros, que todavía guarda algunos rincones llenos de sabor.
 
 
Dónde dormir
– Hotel Vetonia. N-630 Noroeste, E-06200, Almendralejo. Teléfono: 924 67 11 51. Habitaciones entre 50 y 70 euros.
– Hotel Huerta Honda. López Asme, 32, Zafra. Teléfono: 924 55 41 00. La suite puede costar ente 100 y 130 euros.
– Parador de Zafra. Plaza del Corazón de María, 7, Zafra. Teléfono: 924 55 45 40. Castillo del siglo XV; habitaciones, entre 90 y 120 euros.
 
Dónde comer
– Restaurante El Paraíso. Carretera 630-sureste, E-06200, Almendralejo. Teléfono: 924 66 10 01. Cocina regional con bodega propia. Entre 23 y 34 euros.
– La Rebotica. Calle Botica 12, Zafra. Teléfono: 924 55 42 89. Comida tradicional.
– Restaurante Barbacana. Calle López Asme, 30, Zafra. Teléfono: 924 55 41 00. Muy elegante y fiel a la cocina tradicional.
 
Más información
Ayuntamiento de Almendralejo.
Ayuntamiento de Zafra.
Oficina de Turismo de Zafra.
Villafranca de los Barros.
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