Mal debe de andar Maragall en las encuestas cuando de pronto ha recordado que Carod Rovira, alias Rovireche, le debe una explicación a él como presidente de la Generalidad de Cataluña por su reunión con los cabecillas de ETA. Hasta ha recordado también que debe explicar los detalles de esa reunión al Gobierno español, que es el máximo poder ejecutivo legítimo y la máxima instancia operativa en la lucha antiterrorista. Tan súbita recuperación de la memoria no la esperaba ya nadie. O ha sido fruto de un accidente, por ejemplo caerse de un guindo, o de una profunda etapa de meditación, por ejemplo ver que los votos que sube ERC son casi tantos como los que pierde el PSC.
Podría ser un ataque de sentido común, de coherencia política o de mala conciencia, pero no son tres especies con las que guste aliñar sus guisos este cocinero tan peculiar. Al contrario, la doctrina del PSOE hasta la fecha era que la culpa del encuentro de Carod con la ETA era del Gobierno de Aznar, por contarlo. Luego hemos sabido que la entrevista la conocía media Cataluña, quizás porque Rovireche es, ante todo, el jefe de prensa de Rovireche, pero el polanquismo andante y el felipismo ambulante habían mantenido contra viento y marea que la culpa era, cómo no, de Aznar. Como todo.