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Federico Jiménez Losantos

La Ley de Inseguridad Nacional o de Defensa de Sánchez

Esta Ley de Inseguridad nacional, que supera en sectarismo a la Ley de Defensa de la República de Azaña, debería llamarse Ley de Defensa de Sánchez. Sólo a su tiranía sirve.

Esta Ley de Inseguridad nacional, que supera en sectarismo a la Ley de Defensa de la República de Azaña, debería llamarse Ley de Defensa de Sánchez. Sólo a su tiranía sirve.
Rueda de prensa durante el estado de alarma. | Archivo

El País, pasquín subvencionado por la crema catalana y la nata del Ibex35, y portavoz de la dictadura en ciernes del tirano Sánchez, publicó ayer en su portada una exclusiva que debería poner los pelos de punta a la Oposición en bloque, si existiera. Pero este PP rajoyano se limitaría, en el Poder, a presentar un incidente de ejecución de sentencia; en la Oposición, a una pregunta parlamentaria. Según los teodolitos mediáticos, ni presentará una moción de censura ni cree que lo haga Vox. Ni hace ni deja hacer. La moción, como explicó ayer Somalo, deberían presentarla los tres partidos de la Oposición. Como Casado deserta, bastan Inés y Abascal. Pero la audacia es mercancía de partido, nunca obedece al interés nacional.

Propiedad y Libertad, a merced del Gobierno

Textual: "El anteproyecto fue visto en primera lectura por el Consejo de ministros el pasado 22 de junio y está pendiente de aprobación definitiva para su remisión al Congreso, aunque ya se ha informado de su contenido a las comunidades autónomas y a algunos grupos parlamentarios".

Nótese el "algunos". Estas serían las bases legales de la dictadura:

"Toda persona mayor de edad estará obligada a la realización de las "prestaciones personales" que exijan las autoridades competentes, siguiendo las directrices del Consejo de Seguridad Nacional, cuando se declare en España un estado de crisis. En este supuesto, todos los ciudadanos sin excepción deberán cumplir las órdenes e instrucciones que impartan las autoridades."

"En el supuesto de que en España se declarase un estado de crisis ("situación de interés para la Seguridad Nacional" es la denominación que le da la ley), las autoridades también podrán proceder a la requisa temporal de todo tipo de bienes, a la intervención u ocupación provisional de los que sean necesarios o a la suspensión de todo tipo de actividades. Quienes sufran perjuicios económicos por la requisa de sus bienes o la interrupción de su actividad tendrán derecho a ser indemnizados. En sus primeras redacciones, la ley excluye el pago de indemnización a quienes sean obligados a realizar una prestación personal."

"Entre otras novedades, el anteproyecto incluye la obligación de los medios de comunicación de colaborar con las autoridades competentes en la difusión de informaciones de carácter preventivo u operativo".

Según el pasquín, se trataría de llenar los huecos observados durante el interminable Estado de Alarma, durante el que no se recurrió a la Ley de Seguridad nacional. ¿Por qué se hace ahora con los retoques pertinentes? Porque es evidente que el Estado de Alarma será declarado inconstitucional cuando a González Rivas de Pumpido le apetezca y porque así nacería otra situación de ilegalidad recurrible que permitiría al TC dejarla aplicar un año o dos. Y vete tú a reclamar luego daños y perjuicios a una dictadura.

Una ley propia de una dictadura

Este proyecto es como las leyes habilitantes de Hitler adaptadas para la dictadura de Hugo Chávez por los leguleyos podemitas, que facultan al Poder para convertir sus decisiones en leyes. Como no describe qué es una crisis, el Gobierno puede declarar "crisis" cualquier situación de cualquier tipo. Y proceder a la detención de todos los ciudadanos y al robo de sus bienes. La obligación de los medios de comunicación está clara: "colaborar con las autoridades competentes en la difusión de informaciones de carácter preventivo u operativo."

Es decir, que se anularía el artículo 20 de la Constitución que garantiza la libertad de expresión. Aunque antes se habrían anulado todos los artículos referentes a la seguridad jurídica de la libertad individual y a las garantías a la propiedad privada. Vamos, que en España no habría más Estado de Derecho que el que no le torciera el aparejo al mulo monclovita.

El proyecto de Ley del Gobierno socialcomunista es genuinamente totalitario. A Xi Jinping quizás le parecería excesivo. A Lenin, no, porque responde a la idea de militarizar a toda la sociedad, en un estado de guerra permanente que, en realidad, es la guerra que declara el gobierno al pueblo, exactamente como se explica en el reeditado Libro negro del comunismo. Sánchez no organiza la sociedad para defenderse ante una crisis, sino que la desorganiza. No crea un nuevo marco legal. Anula la legalidad vigente para defenderse de la crisis que pudiera desatarse en España contra… Sánchez.

El papel clave de los medios

Cuando el jefe de Estado Mayor de la Guardia Civil confesó que se estaba utilizando a la Benemérita para combatir las noticias negativas sobre la gestión de la pandemia por parte del Gobierno, quedó claro, además de la corrupción de la cúpula de la Guardia Civil, mera escolta de las fechorías de Marlaska, que Sánchez ve al Estado como un medio de comunicación y que los medios como tales sólo deberíamos tener la obligación de respaldar al Gobierno en situaciones como la del Covid19, criminalmente gestionada por el Ejecutivo de Sánchez, como prueban los 140.000 muertos, el mayor número en relación con su población de todos los países occidentales.

¿Cuántos muertos más habría tenido España si algunos medios no hubiéramos informado de las contradicciones y disparates del Gobierno? ¿Cuántos, si no hubiéramos informado de la falta de material sanitario, cuando el infame Simón decía que las mascarillas eran "contraproducentes" porque, según confesó luego el vil sujeto, entre risas, entonces no tenían? ¿Y si no hubiéramos defendido la política de la Comunidad de Madrid, frente a los atropellos de Illa y de Sánchez, que como se demostró luego, eran ilegales y, esta vez sí, contraproducentes? ¿Deberíamos habernos reído del hospital de campaña en el Ifema o jaleado los sabotajes y burlarnos del Hospital "Isabel Zendal", como tantas ratas televisivas subvencionadas?

¿Quiénes fueron más responsables de miles de contagios y muertes? ¿Los medios de comunicación, que, haciendo lo que ahora quiere imponer el Gobierno por ley, alertamos contra el infectódromo del 8 de marzo, o los que se reían en los platós diciendo "coronavirus, oé, coronavirus, oé"? ¿Los que dijimos que la intervención de la Comunidad de Madrid era ilegal, como ratificaron los tribunales, o los que la aplaudieron, como las televisiones a las que el Gobierno regaló 100 millones de euros? ¿Para qué sirven los medios de comunicación si sólo pueden apoyar al Gobierno, aunque sepan que el Gobierno atropella a la población o, simplemente, se equivoca? ¿Para comer y callar?

Maldición y rebelión

Esta Ley de Inseguridad nacional, que supera en sectarismo a la Ley de Defensa de la República de Azaña, debería llamarse Ley de Defensa de Sánchez. Sólo a su tiranía sirve.

Sólo a los españoles libres obligaría a compartir la pitanza de trolas que a diario nos sirve. Los serviles no la necesitan, los que aspiramos a la condición de ciudadanos la maldecimos antes de promulgarse. Y debemos rebelarlos antes de que pueda hacerlo. Con los partidos de Oposición o contra el Gobierno y contra la Oposición.

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