Al fin se ha presentado la ocasión para que las profesionales de la liberación de la mujer justifiquen el sueldo y el cargo. Kabul debería ser la tumba del heteropatriarcado. Unas Brigadas Internacionales como las que organizó Moscú a través de la Komintern para intervenir en la guerra civil española, pero con perspectiva de género -porque no basta el género: es necesaria esa perspectiva, como para aprender matemáticas- las que deben liberar a dieciocho millones de mujeres afganas, a las que los talibanes, en el Poder tras la cobarde deserción de los USA y Occidente, piensan someter a las Veintinueve Prohibiciones de la versión pasthún de la sharía islámica.
Las 29 prohibiciones a las mujeres afganas
La RAWA, siglas de la Asociación Revolucionaria de las Mujeres de Afganistán, ha hecho la lista de 29 prohibiciones, basada en la experiencia de los seis años de régimen talibán hasta la intervención militar de los USA y sus aliados en 2001
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Las mujeres no podrán trabajar fuera de los hogares. Algunas doctoras y enfermeras podrán atender a mujeres y niñas.
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Las mujeres tienen prohibido salir de casa para cualquier actividad siempre que no vayan acompañados de su mahram, hombre de parentesco cercan0, como padre, hermano o marido.
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No pueden cerrar tratos con comerciantes masculinos.
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No pueden ser atendidas por sanitarios varones.
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No pueden ir a escuelas, universidades u otra institución educativa.
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No pueden mostrar ninguna parte de su cuerpo en público. Deben llevar un velo largo que les cubra incluso el rostro (burka).
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Todas las que no vistan según las reglas establecidas o no vayan acompañadas de su mahram serán insultadas, azotadas y apaleadas.
8. Las que muestren sus tobillos serán azotadas en público.
9. Las acusadas de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio serán lapidadas.
10. Se prohíben los cosméticos. En el 'reino del terror' talibán de 1996 a 2001 se amputaban los dedos que llevaran las uñas pintadas.
11. Prohibido hablar o dar la mano a varones, salvo su mahram.
12. Prohibido reír en público. Ningún extraño debe oír la voz de una mujer.
13. Prohibidos los zapatos de tacón, ya que pueden producir sonido al caminar (un varón no puede oír los pasos de una mujer).
14. Ninguna podrá ir en taxi sin la compañía de su mahram.
15. No pueden aparecer en la radio, la televisión o en reuniones públicas de cualquier tipo.
16. Prohibido cualquier tipo de deporte o ir a centros deportivos.
17. Prohibido ir en bicicleta o en motocicleta.
18. Está prohibido que lleven ropas de colores vistosos, ya que los talibanes dicen que son "colores sexualmente atractivos".
19. Prohibido reunirse en festividades con propósitos recreativos.
20. Prohibido lavar la ropa en los ríos o plazas públicas.
21. Ninguna calle, plaza o avenida llevará nombre de mujer.
22. Prohibido asomarse a balcones o ventanas de su casa. No deben ser vistas.
23. Para evitar que cualquier extraño vea a una mujer las ventanas serán opacas.
24. Los sastres no pueden tomar medidas a las mujeres ni elaborar ropa femenina.
25. Las mujeres tiene prohibido el uso de baños públicos.
26. Hay medios de transporte para hombres y otros para mujeres.
27. Prohibidos los pantalones acampanados, incluso bajo el burka.
28. Prohibido fotografiar o filmar a mujeres.
29. Prohibido publicar imágenes de mujeres en revistas y libros. Tampoco pueden colgarse imágenes de mujeres en casas y tiendas.
Las mujeres afganas sólo son iguales a los hombres en tener prohibidos el cine, la televisión, cualquier tipo de vídeo y la música.
Irene Montero finge obediencia
Naturalmente, este régimen de esclavitud, tortura y sumisión de las mujeres afganas -peor, aunque no muy distinto del que sufren las mujeres en otros países islámicos-, no puede ser admitido por grandes luchadoras contra el heteropatriarcado y el machismo, entre las que destaca la ministra de Igualdad, Irene Montero. Es seguro que, desde la clandestinidad, prepara la lucha armada a través de esas Brigadas Internacionales con Perspectiva de Género (BIPG) que lucharán hasta la liberación de esos dieciocho millones de mujeres. ¡Qué gran hazaña, digna de pasar con letras de oro a los libros de Historia, la de estas brigadas de mujeres, sólo mujeres, liberando a millones de hermanas!
Es tal la fama de luchadoras de las feministas profesionales españolas, empezando por el Ministerio de la Mujer, que si Montero hubiera anunciado la puesta en marcha de sus Brigadas los talibanes estarían ya en guardia y andarían artillando las fronteras de los cinco países desde los que se puede acceder a Afganistán. Pero alertar al enemigo habría sido un error letal, tan grosero que resulta increíble en mujeres de probado talento y tanta experiencia, pese a su juventud.
Así que lo que ha hecho la ministra de Igualdad ha sido insultar en apariencia a los norteamericanos -y norteamericanas- diciendo que bajo su yugo también se vulneraban los derechos de las afganas. O sea, que en Kabul no pasa nada nuevo y no hay que caer en la islamofobia. Naturalmente, es falso lo que ha dicho Montero en su ya célebre tuit. Tan falso y tan abyecto, si se piensa en los miles de mujeres muertas luchando contra los talibanes, que sólo puede ser un truco.
Sí, Irene está preparando con Beatriz Gimeno y demás amazonas del Instituto de la Mujer esas columnas de acero que triunfarán donde tantos imperios han fracasado. Y lo hace en silencio, a costa de que la llamen rata insensible, como a Kamala Harris, Ocasio Cortez, Nancy Pelosi o las divas del #metoo, que han respaldado con su silencio la traición de Biden de los dieciocho millones de afganas, demostrando que el feminismo que predican y del que viven es una herramienta de dominación social, un negocio falsario, una estafa moral e intelectual.
¡Cómo se estará riendo Montero en los sótanos de su Ministerio, mientras prepara misiles o habla por secráfono con Greta Thumberg, del llamado Manifiesto Cuqui en apoyo a las mujeres afganas para el que han recogido firmas las periodistas veteranas del diario El País!
Teresa prefiere el alfanje
Teresa Rodríguez estará haciendo lo mismo en alguna cueva del Sacromonte. Porque decir que las mujeres en Afganistán -repásense las 29 prohibiciones- están tan discriminadas como en Andalucía, que en todas partes se odia a la mujer, es demasiado estúpido para ser cierto, para no pensar que esa idiotez esconde algo. Y lo único que puede esconder es que, en vez de armas modernas, como las que está apilando Montero para sus BIPG, ande afilando alfanjes, para degollar talibanes al modo antiguo, que es más andalusí. "Sola y borracha, en Kabul como en mi casa" dice el himno de las Brigadas Internacionales con Perspectiva de Género. Pronto veremos sus hazañas en la Sexta.