Una concentración similar se llevó a cabo frente a la embajada iraní en Madrid (11-11-05), donde unas 1.500 personas desafiaron el proverbial temor europeo de pronunciarse en defensa de Israel. El lema en España fue "Israel, sí gracias", y en Jerusalén no pudimos sino emocionarnos por las insólitas muestras de cariño que llegan desde donde menos lo esperábamos.
La manifestación que había dado el tono fue la de Roma, convocada desde el diario Il Foglio (cuyo editor había sido portavoz del Berlusconi). Quince mil italianos se atrevieron a enarbolar el estandarte de Israel frente a la representación de los ayatolás en Roma (3-11-05) bajo el lema "No borren a Israel". Poblaron la concurrencia decenas de parlamentarios, el ministro Roberto Calderoli y el alcalde de Roma, que expresó su incólume amistad por el Estado hebreo.
No sólo en Europa revolotea la bandada. A partir de agosto se produjo un rápido acercamiento entre Israel y Pakistán (la segunda nación musulmana del mundo), y los jefes de gobierno de ambos países se reunieron (14-9-05) para establecer relaciones.
Hasta desde la ONU se augura primavera: se resolvió por unanimidad (1-11-05) que cada 27 de enero –día de la liberación de Auschwitz, el campo de exterminio más grande de la historia humana– el mundo recordará la Shoá como "el intento metódico y bárbaro de exterminio de un pueblo entero, sin paralelo en la historia de la humanidad".
La propuesta educativa había sido elevada por cinco naciones: Israel, Estados Unidos, Canadá, Australia y Rusia (este último, por ser el país cuyo ejército liberó Auschwitz). La idea es "desarrollar programas de enseñanza que se ocupen del Holocausto", y pareciera que se está tomando conciencia de la singularidad de este genocidio y de la judeofobia que lo engendró.
El ex enviado de la ONU a Oriente Medio, Terje Roed Larsen, definió a Arafat –en el diario noruego Tagbladet (9-8-05)– como "un mentiroso consumado, maestro en el arte de la manipulación y los golpes bajos". La noticia sorprende si tenemos en cuenta que fue Larsen precisamente uno de los más distinguidos consumidores (y divulgadores) de aquellas patrañas, especialmente cuando se llenó de horror por "el genocidio de Yenín" (9-4-02) que nunca existió y contribuyó, así, a difundir la imagen diabólica de los judíos que perpetraban los medios (en alguna medida hasta hoy). Anímese, don Larsen: no hace falta que admita su fracaso en Oriente Medio, pero por lo menos súmese a los generosos pájaros que nos visitan y pida disculpas a los israelíes por calumniarlos.
Lindera a Yenín está la aldea de Kabatia. Allí soldados israelíes dispararon contra Ajmed Ismaíl, un palestino de trece años (3-11-05) que portaba en sus brazos un fusil… que resultó ser de juguete. Cuando los soldados repararon en su trágico error, trasladaron al niño al hospital Rambam de Haifa, donde falleció. Pero el revoloteo de humanidad parece estar penetrando aun en regiones desoladas, y los padres de Ajmed decidieron donar sus órganos "en aras de la paz entre los pueblos". Cuando se les preguntó si objetarían que se beneficiaran de los transplantes niños judíos, fueron categóricos: "Un niño es un niño". Su mensaje simple y cristalino también debería enseñarse por doquier, especialmente a los periodistas que durante esta década lo han olvidado para defender causas cualesquiera.
Agreguemos que el escritor Ajmed Harb de Ramala propuso (14-10-05) como premio Nobel de literatura a su colega Sami Michael. La noticia no sería golondrina si no fuera porque éste es israelí y aquél, palestino.
Más países en primavera
La nueva ola abarca otros países árabes, que acaban de concluir agitadamente una cumbre para la democracia y el progreso (12-11-05), con la presencia de la Secretaria de Estado de EEUU y una condena explícita a la tiranía de los Asad en Siria. La conferencia se llevó a cabo en Bahrein, cuyo ministro de Exteriores había anunciado oficialmente que terminaba con el boicot contra Israel (23-9-05).
El canciller de esta nación se reunió con el de Qatar (14-9-05), en donde se ha inaugurado una iglesia después de catorce siglos de ausencia cristiana (en Arabia Saudita el cristianismo sigue prohibido, pero a los dueños del petróleo nadie se atreva a reprocharles nada).
El terrorismo islamista que nos ha sumido en la tercera guerra mundial ha golpeado ahora Jordania, tal vez debido a que también ésta lanzara sus propios pájaros al cielo. El rey Abdalá concluyó su visita a la ONU (30-9-05) después de entrevistarse con Ariel Sharón y de condenar así a los secuaces de la muerte: "Predicar la matanza de seres inocentes es una burda violación de los principios básicos del Islam (…) todos los musulmanes debemos proclamar que una fatua que exhorte a matar civiles –no importa de qué nacionalidad ni religión, musulmanes o judíos, árabes o israelíes– es una violación básica de los principios más fundamentales del Islam".
El Gobierno jordano también prohibió un programa televisivo judeofóbico (30-10-05), quizás parecido a esos que Isabel Galí prepara para TV3 o Javier Nart para la radio. Por primera vez en más de dos décadas, Argentina puede acercarse a aprehender a quienes perpetraron el atentado contra la sede de la comunidad judía en 1994. El fiscal Alberto Nisman ha hecho públicas las evidencias de que el suicida que lo llevó a cabo fue Ibrahim Husein Berro, joven sicario de Irán. Y el aleteo augura que se hará justicia después de la prolongada impunidad en la que se amparan los ayatolás, quienes amenazan con represalias contra todo el que desenmascare a su régimen genocida.
No deberíamos dejarnos arrastrar a un exceso de optimismo, pero acaso estemos ante las mil aves de la novela de Richard Bach. Como Juan Salvador Gaviota (1970), vuelan sin metas utilitarias, por el placer de volar, por la verdad y la sensatez del ser humano. Como en el relato, anuncian un nuevo amanecer que pinta de oro las ondas del mar, y proclaman en su mensaje final que "las gaviotas nunca se atascan, nunca se detienen", y por ello, Juan, no habrá límites.
Gustavo D. Perednik es autor, entre otras obras, de La Judeofobia (Flor del Viento), España descarrilada (Inédita Ediciones) y Grandes pensadores judíos (Universidad ORT de Uruguay).