Menú
CARTAS DE ULTRAMAR

Uruguay: el legado liberal

Sí, Uruguay (un enclave casi europeo entre Argentina y Brasil, con algo más de tres millones de habitantes) no deja de ser un país original; no cabe duda. Gobernado desde sus inicios por blancos y colorados, partidos que nacieron con el país (salvo el oscuro período dictatorial de los ochenta), el venidero 1 de marzo asumirá por primera vez un conglomerado de izquierdas: Encuentro Progresista/ Frente Amplio/ Nueva Mayoría, que agrupa a socialistas, comunistas, tupamaros y políticos escindidos de los dos partidos tradicionales.

La agrupación de izquierdas lleva más de tres décadas buscando este momento; ahora no pocos de sus militantes de aquellos días ocuparán cargos de primera fila en el Gobierno. Entre tanto, los colorados se van, tras haber alcanzado metas importantes y dejando abierto un panorama auspicioso a quienes llegan. Así lo ha hecho saber el presidente Jorge Batlle (sobrino nieto e hijo de presidentes), que reunió por última vez a su gabinete tras cinco años de gestión, marcada por momentos oscuros, brotes de aftosa en el ganado y la crisis de 2002 (la peor que atravesó Uruguay en su historia), debida a los coletazos de la enorme crisis de Argentina.
 
Y para que en la blandura de los años no los desfigure, o bien no se desdibujen en los tiempos venideros, ha divulgado números y encomendado la redacción de un libro para documentar en qué condiciones deja el Gobierno, que abandona el 1 de marzo. Lo hace, por lo demás, seguro de que se reconocerá su gestión, marcando metas logradas y esbozando el panorama auspicioso con el cual se enfrentará el Gobierno que llega. El legado liberal, digamos.
 
Batlle destacó el desempeño de la ciudadanía uruguaya, la cual, según sus dichos, actuó de manera “sensata” y “comprensiva” en la crisis de 2002, lo que hizo posible la planificación y concreción de una estrategia que permitió la salida que, hoy, muestra índices de recuperación en todas las áreas. Veamos algunos de los números que se divulgaron en estos días, a vuelo de pájaro, a propósito de la recuperación operada.
 
El ministro de Economía y Finanzas dijo que Uruguay ha tenido un crecimiento generalizado; “un récord en los últimos tiempos”, aseveró. El ingreso de divisas ha sido 950 millones de dólares superior al del año pasado, acercándose a los 4.000 millones. La previsión de crecimiento no será inferior al 7%. Habló, además, de la creación de unos 40.000 nuevos empleos. En 2002 la tasa de desempleo estaba en el 19,8%, mientras que en el pasado mes de noviembre se situó en el 12,1%. Entre ambas fechas se crearon 147.000 puestos de trabajo. En noviembre de 2002 cobraban seguro de desempleo unas 44.000 personas; en el pasado mes de noviembre lo hicieron sólo 13.300.
 
En el Gobierno liberal de Batlle se registró también, según palabras del ministro de Ganadería, un “récord histórico” en la producción de carne, leche y granos, y se espera una fuerte continuidad en este sentido. Las cifras espejan un crecimiento del sector agropecuario del 13% al 14%; y desde el momento de la debacle de 2002 el conjunto de la agropecuaria sumó un 37%, lo que equivale a decir que se encuentra en un 25% por encima de los valores históricos de Uruguay.
 
En cuanto al turismo, se ha registrado un crecimiento, ya, del 24% con relación al año pasado (en estos momentos estamos en plena temporada de verano), lo que equivale a calcular (entre finales del pasado mes de diciembre y el 20 de enero) unos 50.000 turistas más. En los últimos seis años el crecimiento del turismo ha sido en Uruguay del 15%.
 
El sucesor de Batlle, Tabaré Vázquez.Según el ministro de Salud, el mutualismo del interior del país, que tuvo una pérdida de 60 millones de dólares en 2001, hoy ostenta una ganancia de 165 millones de dólares. Y, en fin, la actividad industrial, de acuerdo a los parámetros del Gobierno que se va, debería crecer este año aproximadamente un 19%.
 
En materia de derechos humanos, el presidente Batlle ha considerado que Uruguay vive un “estado de paz”; y ello, dijo, hará posible que el Gobierno presidido por Tabaré Vázquez “pueda continuar por esos andariveles”.
 
Con esta herencia liberal, el Gobierno de la izquierda, que asume el 1 de marzo, se enfrenta a un panorama claro: un país en franca recuperación, tranquilo e internacionalmente respetado por el tradicional cumplimiento a rajatabla de los compromisos contraídos. Y en lo que tiene que ver con la transición, la palabra de moda, digamos que discurre en forma absolutamente normal: fiel reflejo de la mejor tradición de la historia uruguaya.
0
comentarios