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Salvemos Ciudad del Este

El centro comercial paraguayo de Ciudad del Este, ubicado en las "tres fronteras" entre Paraguay, Argentina y Brasil, viene sufriendo desde hace años una creciente persecución. Brasil impone estrictos controles a los turistas brasileños que cruzan masivamente el Puente de la Amistad para comprar computadoras, electrónicos, perfumes, cigarrillos, bebidas y otros productos importados, y anuncia ahora una gigantesca operación militar por tierra, agua y aire para acabar el comercio ilegal fronterizo.

El centro comercial paraguayo de Ciudad del Este, ubicado en las "tres fronteras" entre Paraguay, Argentina y Brasil, viene sufriendo desde hace años una creciente persecución. Brasil impone estrictos controles a los turistas brasileños que cruzan masivamente el Puente de la Amistad para comprar computadoras, electrónicos, perfumes, cigarrillos, bebidas y otros productos importados, y anuncia ahora una gigantesca operación militar por tierra, agua y aire para acabar el comercio ilegal fronterizo.
Una calle de Ciudad del Este.
Paraguay, pese a la desesperación de los comerciantes de Ciudad del Este, defiende la implacable persecución de los turistas compradores y los sacoleiros, pequeños comerciantes y contrabandistas que trasladan mercaderías a través del puente hasta los depósitos en la vecina ciudad brasileña de Foz de Iguazú. El Gobierno paraguayo, para sorpresa de todos, ha ofrecido su total colaboración al operativo militar, sin exigir a cambio algún acuerdo comercial que permita preservar el comercio legal y evitar su aislamiento.
 
Hace algunos años Ciudad del Este se convirtió en uno de los centros comerciales más importantes del mundo mediante la "triangulación comercial", la importación de productos de terceros países para su posterior venta al Brasil y la Argentina, operación que resultaba rentable, aun en la unión aduanera del Mercosur, debido a los menores impuestos internos de Paraguay. Pero Ciudad del Este no sólo tuvo un auge comercial, también se volvió la meca del contrabando, la piratería y el lavado de dinero.
 
Estos males, sin embargo, agobian a todos los centros comerciales del mundo, desde Hong Kong hasta Miami. En cualquier parte donde el comercio mueve diariamente miles de millones de dólares es siempre difícil combatir el delito, la evasión, el lavado de dinero y la corrupción. ¿Por qué la obsesión contra Ciudad del Este? Por el proteccionismo brasileño.
 
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.Brasil es desde hace muchas décadas el país más proteccionista de la región. La gigantesca operación por tierra, mar y aire no busca combatir la ilegalidad, que requiere de métodos muy distintos, sino frenar el comercio en la zona y sitiar Ciudad del Este.
 
¿Qué impide a Ciudad del Este defenderse de las permanentes trabas comerciales y amenazas del Brasil? No es a causa de las actividades delictivas, corrupción y contrabando que Ciudad del Este se encuentra indefensa ante el acoso brasileño, sino debido a la desconfianza que existe sobre el comercio fronterizo. En Paraguay, luego de décadas de mercantilismo y mercado negro promovidos por la dictadura de Stroessner, muchos olvidaron las bases morales y los beneficios del comercio, ya expuestos por Adam Smith en La riqueza de las naciones, publicado en 1776.
 
La ventaja de Ciudad del Este, que le permite ofrecer a brasileños y a argentinos productos de calidad a bajo precio (igual a los de Miami, por ejemplo), surge de la gran experiencia comercial adquirida a través de los años y de los menores impuestos y regulaciones que tiene el Paraguay. Los comerciantes árabes, chinos y paraguayos en Ciudad del Este pueden importar productos de distintas partes del mundo, pagar el arancel externo común del Mercosur y aún así ofrecer a los turistas esos productos a bajo precio. Es este comercio legal lo que explica la masiva afluencia de compradores y no la piratería, el tráfico de armas o el contrabando, como se cree.
 
El Gobierno paraguayo, para defender a Ciudad del Este y recuperar su prosperidad, debe separar claramente el comercio ilegal de la triangulación comercial lícita, combatiendo tenazmente la ilegalidad y favoreciendo el libre comercio mediante la competencia impositiva. Los impuestos, regulaciones y trámites que afectan al comercio fronterizo deben reducirse al mínimo.
 
Brasil seguramente entenderá que es mejor tener en Ciudad del Este a un vecino próspero que un centro comercial moribundo, sumergido en la desocupación y la miseria, que fomente el crimen y adopte represalias, como la expulsión del Paraguay de los trabajadores brasileños ilegales. Nada es más eficaz para promover la paz, la cooperación y la amistad que el libre comercio.
 
 
© AIPE
 
Porfirio Cristaldo Ayala, corresponsal de la agencia AIPE en Paraguay y presidente del Foro Libertario.
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