Una hora después, Manuel José Cepeda, ilustre jurista y presidente de la Corte, leyó ante los medios un comunicado que empezaba con las palabras: "La Corte Constitucional decidió declarar ajustado a la constitución el Acto legislativo 02 de 2004, que permite la reelección del Presidente de la República (…)".
El magistrado continuó explicando los detalles de su decisión, pero, para la mayor parte de los espectadores, la más grande de las dudas estaba resuelta: Álvaro Uribe podrá ser candidato en las próximas elecciones, que se realizarán en mayo de 2006. Si su aceptación popular y su intención de voto siguen la tendencia que hoy tienen, es altamente probable que Uribe vuelva a ganar la presidencia en la primera vuelta.
Recordemos que, hacia finales de 2004, el Congreso de Colombia aprobó una reforma constitucional con el propósito de permitir la reelección del presidente de la república, la cual es prohibida por la Constitución en todos los casos. De acuerdo con la reforma aprobada, se permitirá la reelección del mandatario por un período más, que puede ser inmediato. Los críticos del Gobierno de Uribe, agrupados en sectores de izquierda y en el Partido Liberal (que conserva un importante poder electoral), ejercieron la más decidida oposición a esta reforma. Tal oposición contrastó con el hecho de que, de manera consistente, las encuestas mostraban un creciente nivel de apoyo popular tanto hacia Uribe como hacia la reelección. Actualmente, el apoyo a Uribe se halla por encima del 75%, algo nunca antes visto en Colombia. Es importante anotar que estas encuestas son independientes y confiables: son realizadas por firmas multinacionales, y sus procedimientos están abiertos a la auditoría.
¿Qué sigue para Colombia, ahora que la reelección ha pasado el examen de la Corte? En primer lugar, como si ya la espera no hubiese sido bastante, quedamos a la expectativa de otro fallo que, en las próximas semanas, deberá producir la misma Corte sobre la llamada "Ley de Garantías". En el acto reformatorio que permite la reelección presidencial se ordena la expedición de una ley para garantizar la transparencia y la equidad en los comicios en que el presidente sea candidato. Tal ley fue expedida por el Congreso, y se encuentra en revisión judicial.
¿Qué ocurriría si la ley no pasa esta revisión judicial? Para algunos, Uribe no podría ser candidato. A mi juicio, sí podría serlo, pues la norma que le da derecho a ello es de orden constitucional, trata sobre derechos fundamentales (como el de ser elegido), y su aplicación es, por tanto, inmediata. La Ley de Garantías sólo es una condición indispensable para que se puedan dar tres circunstancias: la participación de funcionarios públicos en campañas políticas, el uso de bienes públicos durante tales campañas y la participación del presidente en los mecanismos democráticos para la selección de candidatos en los partidos. Uribe bien podría presentarse como candidato incluso si ninguno de estos hechos es permitido, por ausencia de la Ley de Garantías. No podría hacer campaña, o sería muy limitada, pero podría ser candidato y ser elegido.
En segundo lugar, no puede negarse que, de confirmarse plenamente que Uribe será candidato en las próximas elecciones, el clima de optimismo que vive el país recibirá un gran impulso. Con todos los problemas que la aquejan, Colombia vive una de las mejores épocas de su historia reciente. Pese a que los grupos terroristas aún existen y están activos, han sido puestos a la defensiva por una gigantesca ofensiva lanzada por la Administración Uribe. Algunas de las más odiosas expresiones del terrorismo, como los secuestros en las carreteras, han sido llevadas a un mínimo. Los colombianos han vuelto a las carreteras, y el turismo ha resucitado. El crecimiento económico será superior al 4% en 2005, y podría continuar siendo muy positivo en 2006. Las acciones en la bolsa están al alza. Los intereses de la deuda pública están a la baja. Llega la inversión extranjera. Es inevitable que, en la mentalidad general, se identifique este clima de progreso con el liderazgo de Uribe.
Hay un personaje para quien esta decisión debe haber caído como chorros de agua fría: Hugo Chávez. El presidente venezolano sabe bien que Uribe es el más grande obstáculo en la expansión de su "revolución". Y no lo es Uribe como persona: son las condiciones que ha creado en Colombia, de mayor seguridad y crecimiento económico, combinadas con la gran confianza que despierta en Washington.
De ser reelegido Uribe, sus políticas continuarán y se profundizarán, sin importar la oposición de Chávez, de sus aliados intelectuales y de sus títeres, como Alfredo Palacio, presidente de Ecuador.
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