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VENEZUELA

¿Qué es el chavismo?

El régimen de Hugo Chávez no es fácil de caracterizar. Se le tilda de fascista y de comunista. Otros, en cambio, destacan sus rasgos personalistas. Prevalecen la confusión y los epítetos, y existe un vacío teórico acerca del asunto. Hace poco se sugirió el concepto totalitarismo light para definirlo.

El régimen de Hugo Chávez no es fácil de caracterizar. Se le tilda de fascista y de comunista. Otros, en cambio, destacan sus rasgos personalistas. Prevalecen la confusión y los epítetos, y existe un vacío teórico acerca del asunto. Hace poco se sugirió el concepto totalitarismo light para definirlo.
El concepto totalitarismo es de uso relativamente reciente. Fue utilizado en un principio por sectores antifascistas italianos para aludir al modelo de Mussolini. Luego adquirió aceptación para definir tanto el nazismo como el comunismo estalinista. Tales regímenes, a diferencia de tiranías anteriores, combinaron el mando absoluto de unos pocos con el control riguroso de todos los ámbitos de la existencia individual y colectiva.
 
Este tipo de control, más extenso y profundo que el ejercido en otras épocas, fue posible en nuestros tiempos gracias a los mecanismos de dominación que proporciona la técnica moderna, así como a la difusión de ideologías mesiánicas como el nacionalsocialismo y el marxismo-leninismo.
 
Ahora bien, me parece un error emplear la expresión totalitarismo light para referirse a la Venezuela chavista. En primer lugar, porque es teóricamente desatinada, ya que el totalitarismo no existe a medias. En otras palabras: no hay totalitarismos ligeros, sólo plenos.
 
Con el empleo de esa frase se buscó, seguramente, distinguir el autoritarismo chavista de sistemas de control de la vida ciudadana más severos, como el vigente en la Cuba castrista. No obstante, y en segundo lugar, al hablar de totalitarismo light se banaliza lo que acontece en Venezuela: si es light, no es demasiado serio. La Venezuela actual no es la Cuba socialista, pero también es claro que el régimen tiene una vocación de dominio insaciable sobre los espacios sociales, así como que le mueve una dinámica de intensa intolerancia, como evidencia la situación de Radio Caracas Televisión.
 
Hugo Chávez y Fidel Castro.En el juicio sobre la naturaleza del régimen son desaconsejables las exageraciones, así como los intentos de banalizar la gravedad de lo que ha venido ocurriendo y puede ocurrir. ¿Evolucionaremos hacia un sistema totalitario? La interrogante es pertinente y la respuesta, abierta.
 
Posiblemente la más adecuada caracterización del régimen chavista, según hoy lo observamos, es la de autocracia, entendida como el gobierno de un individuo que concentra el poder efectivo y lo ejerce de manera arbitraria, bajo la cobertura de una Constitución y unas leyes que puede moldear y desobedecer a su antojo. La base sociológica de este esquema es el cesarismo democrático, es decir, el apoyo de las masas a un caudillo providencial. Tanto los mitos ideológicos de la revolución como las ambiciones de su líder, así como el miedo de las nuevas élites a perder el poder, empujan con fuerza en una dirección represiva y excluyente. Pero no nos hallamos todavía bajo un régimen totalitario.
 
Es inevitable que ciertos conceptos de la sociología política, como los de totalitarismo, fascismo y comunismo, tan ensombrecidos por la historia, hayan devenido en adjetivos esgrimidos para insultar al contrincante político de turno. ¿Es Chávez comunista en lo que toca a sus convicciones más hondas? Lo que puede afirmarse por el momento es que el "socialismo del siglo XXI", lastrado por una gran pobreza teórica, apunta en su delirio hacia una especie de sociedad arcaica, semejante a lo que Marx definía como "comunismo primitivo". Pero en sus realidades presentes la autocracia chavista exhibe un caso patológico de caos conceptual, abuso de poder, incompetencia y corrupción. No es socialismo, es infamia.
 
Cabe cuidarse de calificar esta autocracia de fascista, pues ello podría conducirnos a perder de vista que Chávez y su régimen se proclaman de izquierda (y lo son), enarbolan el socialismo marxistoide, reciben el apoyo de buena parte de la izquierda irredenta venezolana... y de la moderada y radical en la arena internacional. De manera que, a la hora de establecer responsabilidades y atribuir culpas, tarde o temprano deberá tocarle a esa izquierda su parte, a raíz de lo que ha tenido y tendrá lugar en Venezuela.
 
Hablar de fascismo refiriéndose a Chávez es un atajo destinado a eludir la responsabilidad de la izquierda en el drama venezolano. Pese a que a algunos les cueste admitirlo, Chávez representa tendencias fundamentales de la izquierda mundial, de una izquierda que se define no por lo que propone, sino por aquello contra lo que lucha (Estados Unidos, el capitalismo, la democracia liberal), y que está dispuesta a aliarse con quien sea para promover sus quimeras.
 
 
© AIPE
 
ANÍBAL ROMERO, profesor de Ciencia Política en la Universidad Simón Bolívar.
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