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Exteriores

Edvard Munch: EL GRITO (detalle).
CRÓNICAS COSMOPOLITAS

Musa Dagh

Se llama Nina Dastakián y Paronián, más armenia tu meurs, se dice en francés coloquial ("imposible", se diría en Lavapiés). Es el nombre de mi mujer. Sin embargo, y como siempre, las cosas resultan algo más complicadas, porque su padre, Sergio Abramovitch Dastakián, tenía una madre rusa y era rubio de ojos azules. Estos datos familiares tienen una importancia muy relativa, pero me sirven para precisar que su pinta británica le salvó la vida cuando, en 1915, en Bakú y otros lugares, los azeríes se dedicaban a masacrar a los armenios. Para los matones azeríes, a primera vista, un rubio con ojos azules no podía ser armenio.
Kim Jong Il.
CRISIS COREANA

Todos contentos, nada resuelto

La primera prueba nuclear de Corea del Norte era un hecho que no se podía obviar. Ya no se trataba de violaciones al régimen de no proliferación, de programas de investigación en curso, de debates sobre si Pyongyang disponía o no de ingenios nucleares, de si decía tenerlos para disuadir pero en realidad no los tenía… Los tiene y los ha probado. Si el Consejo de Seguridad no adoptaba medidas ante un acto de tal gravedad, con el cúmulo de fracasos y escándalos que ha venido acumulando durante los últimos años su desprestigio llegaría a cotas nunca vistas.
Cinco bolívares.
VENEZUELA

Bolívar, convertido en chavito

Cuando vivía en Venezuela la moneda más pequeña era un centavo y la de mayor valor se llamaba "fuerte" (5 bolívares). Ésta era una linda moneda de 37 milímetros de diámetro, con la efigie del Libertador, el escudo nacional y el indicativo de que era plata 900 y pesaba 25 gramos. En apenas dos décadas el centavo ha sido reemplazado por una moneda de 10 bolívares, y el Banco Central de Venezuela acaba de anunciar que acuñará una moneda de 1.000 bolívares, cuando el billete más grande en los años 80 era de 500 y hoy es de 50.000.