ISRAEL
Sharón ya no está
Yo vi a ese hombre de cerca. Al enorme Arik Sharón. Lo tuve a pocos metros en la ceremonia de conmemoración del cincuentenario de Yad Vashem, el Museo de la Shoa, en Jerusalén. Pesaba cerca de 150 kilos, y no era lo bastante alto como para que ese peso se diluyera en vertical, pero no parecía gordo: era ancho y sólido pero, a sus por entonces 75 años, se movía con elegancia. De él emanaba autoridad, no la que se deriva de los cargos, electivos o no, sino una autoridad moral indiscutible y naturalmente ejercida.