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Exteriores

Ariel Sharon, en el Muro de las Lamentaciones.
ISRAEL

Sharón ya no está

Yo vi a ese hombre de cerca. Al enorme Arik Sharón. Lo tuve a pocos metros en la ceremonia de conmemoración del cincuentenario de Yad Vashem, el Museo de la Shoa, en Jerusalén. Pesaba cerca de 150 kilos, y no era lo bastante alto como para que ese peso se diluyera en vertical, pero no parecía gordo: era ancho y sólido pero, a sus por entonces 75 años, se movía con elegancia. De él emanaba autoridad, no la que se deriva de los cargos, electivos o no, sino una autoridad moral indiscutible y naturalmente ejercida.
EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

K Street y el perfume de la corrupción

Washington siempre ha tenido mala fama entre los norteamericanos. Es una ciudad muy hermosa, cubierta de parques y, en primavera y verano, de flores, que los washingtonianos miman con esmero. Hay gente que destina parte de su herencia a que se cuiden las flores y los árboles de su vecindario. También es la ciudad de los grandes monumentos nacionales. Pero también es la sede de las instituciones gubernamentales. Y además está K Street.