Exteriores

Se diría que los realistas han ganado la partida en el tema de Darfur. O, por expresarlo de otro modo, se diría que los que practican la limpieza étnica de esa provincia han hecho buen uso del período de “negociación” y “mediación” para finalizar por completo la tarea que se asignaron a sí mismos.

Hace dos años, las fuerzas del orden rusas irrumpieron, arma en mano, en el avión de Mijaíl Jodorkovsky. La detención y encarcelamiento de éste, y la escasa respuesta por parte del mundo democrático, representan un enorme revés para la marcha de la democracia en Rusia.

Schwarzenegger, governator de California, ha sido derrotado en todas y cada una de las proposiciones sobre las que convocó un referéndum la semana pasada. Como hace algunas semanas di por buenas las encuestas que indicaban que la opinión pública estaba predispuesta a favor de Arnold, me parece necesario intentar entender por qué la realidad ha desmentido tan rotundamente la idea previa.

Los disturbios de París, protagonizados por jóvenes africanos árabes y negros, muchos de ellos franceses nativos, han sorprendido al mundo, mientras los alborotos se extendían y las autoridades han dado la impresión de estar desamparadas. ¿Podría darse un malestar similar en otros países europeos con grandes poblaciones musulmanas?

Yo no sé si Vargas Llosa considera que las repetidas declaraciones del presidente iraní, Ahmadineyad (designado por los ayatolás), afirmando que va a borrar Israel del mapa, mientras reivindica el derecho histórico de Irán a poseer armas nucleares, no pasan de ser para él “pequeños rasguños en la piel de ese elefante que es ahora Israel” (El País, 8-10-05), como lamentaba que sólo fuera el terrorismo palestino. Pero yo no comparto su humor (involuntario), ni su desprecio, y considero que se trata de un asunto grave.

En ‘Un par de golondrinas’ señalamos indicios de transformación tanto en el mundo árabe como en Europa, cambios que son candidatos a inaugurar una era en la que también Israel sea comprendido. Las aves parecen estar jubilosamente multiplicándose. La cálida recepción en Francia al otrora demonizado primer ministro de Israel (26-7-05) abrió compuertas de empatía que este mes alcanzaron su clímax con una manifestación de 5.000 personas que portaban banderas israelíes en París.