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Exteriores

George W. Bush
ESTADOS UNIDOS

Por suerte, nos queda Bush

España va a la deriva mientras el presidente Zapatero sonríe. Amenaza terremoto en el País Vasco, pero sólo los partidarios de la independencia parecen tener un plan de acción. En Cataluña el señor Piqué, preso del síndrome de Estocolmo, corre en pos de CIU, que pierde el rabo tras los republicanos de Esquerra. La economía está de mírame y no me toques, apuntalada por la presencia de Pedro Solbes. El Gobierno se entretiene en casar a homosexuales y tirar chinas a la Iglesia. En Europa somos acólitos de un Chirac que prefiere Marruecos a España, y en el mundo ya no contamos ni para Condoleezza Rice. Pero no hay que perder la esperanza: nos queda George W. Bush.
El sirio Bachar Assad y el iraní Mohamed Jatami.
ORIENTE MEDIO

Las amenazas y los valores

El protocolo por el que Rusia suministrará a Irán el combustible preciso para poner en marcha su ansiado reactor nuclear suma motivos para la preocupación en Oriente Medio. Putin se da por satisfecho con la garantía iraní de devolver el material sobrante, de modo que no pueda extraerse plutonio. Sin embargo, cabe preguntarse por qué Teherán rechazó la propuesta del G8, que era más que suficiente en el caso de que sólo deseara utilizar el reactor de Bushehr con fines civiles.
Mohamed VI, rey de Marruecos.
MAGREB

La desnacionalización de nuestras relaciones con Marruecos

El ideal para Marruecos es que en España gobierne la izquierda, porque es antinacional, y en Francia la derecha, porque es imperial. Ése, al menos, es el dicho que circula en los ambientes diplomáticos especializados en el Magreb. Lo menos que se puede decir de esto es que "se non é vero, é ben trovato". Y, en efecto, desde que la izquierda ha vuelto al poder en España, los intereses nacionales en nuestras relaciones exteriores en general, y en las que conciernen a Marruecos en particular, están desamparados.
Zell Miller.
DESDE GEORGETOWN

La estrategia sureña (I)

Durante la Conferencia de Acción Política Conservadora de 2005, de la que Libertad Digital se ha hecho eco, se celebró un acontecimiento ya tradicional: la Cena Ronald Reagan. Al final de la misma se concedió el Premio Charlton Heston al Valor en Combate a los Swift Boat Veterans, un grupo de veteranos de Vietnam que habían luchado con John Kerry a finales de los 60. Cuando uno de ellos se enteró de que éste se presentaba a las presidenciales de 2004, decidieron contar su versión de los hechos, que no coincidía con la de Kerry.