ESTADOS UNIDOS
Por suerte, nos queda Bush
España va a la deriva mientras el presidente Zapatero sonríe. Amenaza terremoto en el País Vasco, pero sólo los partidarios de la independencia parecen tener un plan de acción. En Cataluña el señor Piqué, preso del síndrome de Estocolmo, corre en pos de CIU, que pierde el rabo tras los republicanos de Esquerra. La economía está de mírame y no me toques, apuntalada por la presencia de Pedro Solbes. El Gobierno se entretiene en casar a homosexuales y tirar chinas a la Iglesia. En Europa somos acólitos de un Chirac que prefiere Marruecos a España, y en el mundo ya no contamos ni para Condoleezza Rice. Pero no hay que perder la esperanza: nos queda George W. Bush.