Exteriores

Richard Goldstone ha sido juez de la Corte Constitucional de Sudáfrica, fiscal principal de los tribunales internacionales para la antigua Yugoslavia y Ruanda, presidente de la Investigación Internacional Independiente sobre Kosovo, profesor visitante en Harvard y Cambridge; y ha recibido doctorados honoris causa en universidades de Canadá, Holanda, el Reino Unido, Sudáfrica y EEUU.

No es fácil vaticinar lo que será esa masa informe de bandidos que ha quedado como despojo de lo que las FARC fueron. Nada queda de esa organización espantable, sometida al tiránico poder de un hombre, Tirofijo, con sus acólitos del secretariado; nada de esos grupos dispersos en la geografía nacional pero unidos por una disciplina común y por un mal discurso que les daba cierta entidad; y nada, mucho menos, de la guerrilla triunfante que puso de rodillas al Estado y alcanzó a dominar con su aparato de terror más de la mitad del país.

Cuando, en diciembre de 2006, el presidente mexicano, Felipe Calderón, lanzó una ofensiva militar contra los poderosos cárteles de la droga, gozó de un amplio apoyo doméstico. Pero los resultados de tal campaña no han sido los esperados. Al menos 40.000 personas –pero hay fuentes que hablan de hasta 52.000– han muerto como consecuencia del recrudecimiento de la violencia en estos cinco años.

Hugo Chávez Frías tiene el odio tan incrustado dentro de su ser, que no se podría desprender de él aunque quisiera. Su ojeriza para con los demás es parte de su carácter y sólo cree en una persona, a la que es completamente fiel: Fidel Castro.

Hasta 1935 EEUU, Canadá, Australia y Argentina tenían un PIB per cápita similar –y un desarrollo–, en torno a los 5.000 dólares, lo cual les permitía figurar entre los países más ricos del mundo.