Las mismas "fuentes" (no cabe descartar que se trate del propio Moratinos, o alguien que transmita lo que él personalmente le encargue que diga) sostienen que la muerte de Orlando Zapata Tamayo y la huelga de hambre de Guillermo Fariñas habrían "dificultado" la puesta en marcha de la medida.
Este argumento es, simplemente, insostenible. Si ya existía la voluntad de excarcelar a parte de los presos políticos, se los podría haber excarcelado mientras Orlando Zapata Tamayo estaba en huelga de hambre, y se hubiera así salvado su vida. Como vienen insistiendo los propios presos exiliados a la fuerza en España, si no están ahora en prisión es sólo gracias a Zapata Tamayo, Fariñas y las valerosas Damas de Blanco. Son las acciones de estos dos hombres y ese grupo de mujeres lo que ha logrado poner contra las cuerdas a la dictadura de los hermanos Castro.
Durante la primera mitad de este año, la imagen internacional del régimen comunista cubano se hundió como nunca antes. Zapata, Fariñas y las Damas de Blanco lograron mostrar al mundo el verdadero rostro de la tiranía castrista. Eso explica la excarcelación y expulsión a España de parte de los miembros del Grupo de los 75 (condenados durante la Primavera Negra de 2003) que todavía quedaban en prisión. Y decimos "parte" a sabiendas de que el Gobierno español sostiene que se va a "liberar" a todos ellos. Lo sostenido por el tándem Zapatero-Moratinos es, como poco, improbable. Hay al menos diez de esos presos políticos que han rechazado venir a España. Para ellos, la puerta de la prisión sigue cerrada.
Dice Moratinos que cuando terminen estas excarcelaciones no quedarán presos políticos en Cuba. Es falso. La medida tomada tan sólo afecta a los miembros del Grupo de los 75. Incluso aunque se excarcelara también a los que se han negado a venir a España, quedarían otros 125 presos políticos en las prisiones cubanas. También dice el ministro que con estas liberaciones ya no tiene sentido mantener la Posición Común Europea (que no implica sanciones y sí, que los gobiernos europeos dialoguen con la disidencia). De nuevo falso. Establece una relación causa-efecto inexistente. Dicha Posición es anterior a la Primavera Negra, con lo que muchos de los presos políticos de entonces seguirán en prisión, y además no sólo habla de los opositores encarcelados: pide reformas democratizadoras y medidas relacionadas con el respeto a los Derechos Humanos que no han tenido lugar.
El Gobierno español ha aceptado desempeñar el papel de cómplice. Disfraza de acción humanitaria y vende como mérito de su política de concordia lo que no es más que una operación política destinada a ayudar al régimen castrista en un mal momento. La situación en la que se mantiene a los recién llegados a España demuestra una absoluta indiferencia ante su sufrimiento, y se les intenta, desde las instituciones controladas por el Ejecutivo, desorientar y dividir. Se busca, además, dispersarles geográficamente. El objetivo de esto último no es otro que impedir que creen aquí, en su exilio español, un grupo fuerte de oposición al castrismo.