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ECUADOR

Medio siglo de intervencionismo

La intervención del Estado en la economía no fue algo que empezara a hacer la revolución ciudadana. El autoritarismo que experimentamos se inició en las dictaduras militares de izquierda (1963-1979), se mantuvo casi intacto en la social-democracia (1979-2006) y fue perfeccionado y profundizado en Montecristi.


	La intervención del Estado en la economía no fue algo que empezara a hacer la revolución ciudadana. El autoritarismo que experimentamos se inició en las dictaduras militares de izquierda (1963-1979), se mantuvo casi intacto en la social-democracia (1979-2006) y fue perfeccionado y profundizado en Montecristi.

Esto es lo que explica Franklin López Buenaño en su excelente Desahucio de un proyecto político: el porqué del fracaso del Socialismo del Siglo XXI, cuya tesis es muy políticamente incorrecta; y es que López asevera que "la planificación y la redistribución [estatales] conducen inexorablemente el país a la autocracia". Este libro, por cierto, no es una defensa de la derecha, pues señala que también ésta contribuyó a la emergencia de un Estado planificador y redistribuidor.

López nos recuerda que fue la dictadura militar de 1963 la que se volcó en el desarrollo de las ideas de planificación estatal de la Cepal. En ese entonces se crearon el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap), el Centro de Desarrollo (Cendes), el Banco Nacional de Fomento (BNF), la Corporación Financiera Nacional (CFN). Entre 1971 y 1990 se crearon 61 empresas estatales (Flopec, CEPE, TAME, Enprovit...). Todo esto se hizo con el argumento cepalino de que había que "corregir las fuerzas inequitativas del libre comercio y del mercado".

Luego de las dictaduras militares vino la democracia, pero el alto grado de intervención estatal no fue alterado, lo que tuvo consecuencias desastrosas... que derivaron en un intervencionismo cada vez mayor, así como en una creciente desinstitucionalización del país. De nuevo López:

La ironía más grave en toda esta historia es la calificación de neoliberales a los gobiernos de las últimas décadas, cuando lo que hemos vivido es un camino desbocado al socialismo (...) Como en los últimos 28 años de democracia no se ha resuelto el problema de la pobreza, entonces los gobiernos no han sido de izquierda. He ahí la falacia y el engaño.

López hace recuento de los presidentes de ese periodo: Jaime Roldós, abiertamente socialista; Oswaldo Hurtado, quien en ese entonces sostenía tesis socialistas; León Febres Cordero, que, siendo de derecha, decía ser "capitalista de la línea de Europa" y llegó a proponer una ley de control y regulación bancaria verdaderamente estatista...

Según los economistas Pedro Romero y Fabián Chang, entre 1965 y 1980 el gasto del Estado como porcentaje del PIB pasó de 9,5 al 22,5%. Una vez que volvimos a la democracia, el tamaño del Estado nunca volvió a estar por debajo del 21%. En 2010 el gasto público llegó a constituir 40% del PIB.

La creencia de que se puede planificar la economía, de que es necesario redistribuir la riqueza y controlar las actividades privadas ha estado ahí siempre, la han compartido todos los que han gobernado el país desde 1963, los militares y los políticos a derecha e izquierda. Lamentablemente, muchos ecuatorianos siguen aferrados a tal creencia. El economista Manuel Ayau explicaba que, si está dañado, un auto no va a echar a andar por el mero hecho de que se le cambie el conductor. Aquí seguimos pensando que el problema es el conductor, jamás sospechamos del auto.

 

© El Cato

GABRIELA CALDERÓN, editora de elcato.org.

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