He aquí las respuestas: a) Sí, inequívocamente; b) no, inequívocamente; c) sólo Dios lo sabe.
Que entre un millón y un millón y medio de armenios fueron brutal y sistemáticamente asesinados a partir de 1915 en el marco de una campaña deliberadamente genocida es un hecho del que dan cuenta los documentos históricos. Si usted quiere que se profundice en ello y se recuerde lo ocurrido, no tiene más que apoyar la creación del Museo del Genocidio de los Armenios en Washington DC. Pero aprobar una resolución no vinculante en la Cámara de Representantes cuando estamos inmersos en una guerra en la que dependemos sobremanera de Turquía es el colmo de la irresponsabilidad.
Las atrocidades tuvieron lugar hace noventa años. Ni un solo turco que tenga menos de 102 años es culpable de lo que sucedió, de ninguna de las maneras. Hasta Mesrob Mutafyan, el patriarca de los armenios de nacionalidad turca, ha afirmado que su comunidad rechaza la resolución de marras, que ha descrito con toda la razón como un producto de la política interior norteamericana.
Turquía está acumulando tropas en las inmediaciones de su frontera con Irak, y ha amenazado con lanzar una campaña contra los rebeldes kurdos que podría desestabilizar el único frente iraquí estable. La misma Cámara que se viene quejando continua y estentóreamente de que a nuestros soldados les faltan vehículos blindados ha dado alegremente en poner en peligro nuestras relaciones con el país por el cual transita hoy el 95% de los vehículos recién blindados que se dirigen a Irak para salvar vidas norteamericanas.
¿Por qué lo ha hecho? ¿Por higiene moral? La propia Pelosi ha declarado: "Sigue habiendo genocidios, como vimos en Ruanda y vemos hoy en Darfur". Exacto. ¿Y qué ha hecho, qué está haciendo ella por Darfur? Nada. Pelosi se ha pronunciado sobre un genocidio perpetrado hace noventa años por un imperio que ya no existe. ¿Acaso hemos de tomarlo como prueba de lo en serio que se toma el genocidio que está teniendo lugar hoy día?
Lo cierto es que el partido de Pelosi, el Demócrata, lleva meses tratando de forzar en la Cámara la retirada norteamericana de Irak, lo cual podría conducir a una guerra civil de carácter genocida en el país mesopotámico; lo cual, al parecer, no ha disuadido para nada a la Pelosi.
"Los amigos no dejan a sus amigos cometer crímenes contra la Humanidad", ha dicho uno de los miembros del Comité de la Cámara –el de Exteriores– que ha aprobado la resolución sobre el genocidio armenio, el republicano Chris Smith. Se trata de una de las declaraciones más estúpidas proferidas jamás por un congresista, y ya es decir.
¿Tiene alguna idea el congresista Smith sobre lo que fue el genocidio de los armenios? ¿Sabe qué hizo por aquel entonces Henry Morgenthau? Como embajador norteamericano ante el Imperio Otomano, Morgenthau trató desesperadamente de interceder en favor de los armenios. Fueron sus funcionarios consulares (así como los misioneros) quienes, desde la Turquía profunda, dieron a conocer al mundo lo que estaba sucediendo. También el propio Morgenthau contribuyó con sus escritos a difundir los hechos. Near East Relief, una organización de caridad fuertemente respaldada por el presidente Wilson y el Congreso, recaudó la asombrosa cifra de 117 millones de dólares para hacer llegar comida, ropa y otros elementos de primera necesidad a los armenios. Dicha asistencia "mantuvo viva, muy literalmente hablando, a toda una nación", en palabras del historiador Howard Sachar.
Así ayudaba Estados Unidos a sus amigos a perpetrar crímenes contra la Humanidad... Por cierto, por aquel entonces los otomanos no eran amigos nuestros. De hecho, eran, en plena Gran Guerra, uno de nuestros enemigos, uno de los aliados de Alemania. Hoy día, en cambio, los turcos son unos buenísimos amigos, y nos prestan un apoyo logístico indispensable en la guerra que estamos librando contra los más grandes perpetradores de crímenes contra la Humanidad del momento: los terroristas de Al Qaeda que operan en Irak y Afganistán.
Los amigos no fastidian gratuitamente a los amigos que les ayudan a combatir a los principales criminales de guerra que hay en el mundo.
Así las cosas, ¿por qué anda Pelosi tan empeñada en sacar adelante la resolución sobre el genocidio de los armenios? (A menos que haya una revuelta en las filas demócratas y la perspectiva de una derrota le haga replantearse las cosas). Porque no es nada seria en política exterior. Recordemos su viaje a Siria, que sólo sirvió para dotar de legitimidad a Bachar Assad, que, por su parte, sigue dedicado al asesinato sistemático de los miembros prooccidentales del Parlamento libanés; o la carta que envió al embajador de Costa Rica, nueve días antes de que los ticos se pronunciaran en referéndum sobre la firma de un acuerdo de libre comercio con EEUU, en la que expresaba su apoyo a los partidarios del "no".
¿Es la resolución armenia su manera inconsciente de sabotear el esfuerzo bélico norteamericano después de que fracasara al emplear medios más directos? Dejo esa pregunta para los psiquiatras y recurro a la navaja de Krauthammer (y que Occam me perdone): a la hora de tratar de explicar cualquier fenómeno desconcertante made in Washington DC, decántese siempre por la estupidez antes que por el conspiracionismo, y por la incompetencia antes que por la astucia. Lo demás es concederles demasiado crédito.