El anuncio de que Venezuela realizará ejercicios de guerra con fuerzas rusas fue en parte una respuesta a las políticas de seguridad estadounidenses: a comienzos de año, la Marina de los Estados Unidos volvió a poner en acción su Cuarta Flota, que operará en aguas de América Latina y el Caribe. Al planificar maniobras militares complejas con navíos rusos, Chávez efectúa un audaz desafío antiyanqui. (El Kremlin, claro, tiene sus propios motivos para querer irritar a Washington).
Además de gastar miles de millones de petrodólares en armas rusas, Chávez ha cultivado cálidas relaciones con Irán. Recientemente Los Angeles Times reportó que funcionarios occidentales temen que el grupo terrorista Hezbolá, apoyado por Irán, esté empleando Venezuela como base de operaciones. Un oficial ligado a la lucha antiterrorista declaró al referido periódico que la relación de Caracas con Teherán está convirtiéndose en una "asociación estratégica".
Hablando de terroristas, los vínculos de Chávez con las FARC de Colombia han quedado mucho más claros en las últimas fechas. Archivos de computadora decomisados hace pocos meses a las FARC detallan los esfuerzos venezolanos para armar y financiar esa narcoguerrilla. Por su parte, el Departamento del Tesoro estadounidense ha congelado las cuentas de tres venezolanos, dos altos funcionarios de inteligencia y un ex ministro, a los que acusa de financiar a las FARC. Supuestamente, el ex titular chavista de Interior y Justicia, Ramón Rodríguez Chacín, trató de facilitar a las FARC a finales de 2007 un préstamo del Gobierno venezolano por valor de 250 millones de dólares. Hay líderes de las FARC fuertemente involucrados en el tráfico de narcóticos. Al apoyarlos, Venezuela ayuda a una red criminal con conexiones mundiales.
El economista venezolano y editor de la revista Foreign Policy Moisés Naím ha señalado que, bajo el mando de Chávez, Venezuela se ha convertido en un "centro de encuentro clave para los sindicatos internacionales del crimen". "Lo que los atrae no es el mercado local –añade Naím–; lo que realmente adoran son las excelentes condiciones que Venezuela le ofrece a alguien a cargo de administrar una red criminal mundial". Y dice aún más: "Un funcionario policial holandés de alto nivel me dijo que él y sus colegas europeos están pasando más tiempo en Caracas que en Bogotá, Colombia, y que los jefes de muchos de los principales cárteles criminales ahora operan con impunidad, y eficacia, en Venezuela".
Con ese tipo de acciones, el régimen de Chávez se ha convertido en una amenaza a la democracia y la estabilidad en toda la región. En la última edición de Foreign Affairs, el ex ministro mexicano de relaciones exteriores Jorge Castañeda expresa que ciertos poderes regionales, como México y Colombia, se muestran renuentes a enfrentar a Chávez porque "se aterrorizan de que Washington no los respalde".
Por desgracia, no es un temor poco razonable. El fracaso del Congreso a la hora de aprobar un tratado de libre comercio con Colombia, el más cercano aliado de Estados Unidos en Suramérica, ha tenido un pernicioso efecto sobre la credibilidad estadounidense. Entre tanto, como observa Castañeda, el reciente tira y afloja entre Estados Unidos y México sobre un paquete de ayuda bilateral (la Iniciativa de Mérida) ha dejado al presidente mexicano, Felipe Calderón, "avergonzado". "El incidente dejó a Calderón aún más receloso de librar la batalla de ideas contra Chávez y los hermanos Castro", apunta Castañeda.
La lección para John McCain y Barack Obama está clara: el próximo presidente estadounidense debe afirmar inequívocamente su compromiso de apoyar y proteger a sus socios democráticos en América Latina. Eso implica, entre otras cosas, insistir al Congreso para que apruebe el tratado de libre comercio con Colombia, ayudar a México en su guerra cada vez más sangrienta contra las drogas y profundizar en la cooperación económica regional. Además, se debe seguir presionando financieramente a los venezolanos (dentro y fuera del Gobierno) que encauzan dinero hacia grupos terroristas y redes mundiales del crimen.
Chávez a menudo habla y actúa como un bufón. Pero debido a lo que el periodista Michael Reid, en su libro Continente olvidado, llama "un accidente de la historia", es decir, la subida del precio del petróleo, el hombre fuerte venezolano no puede ser ignorado.