Después de la radicalización de los años 60, el Partido Demócrata ha recuperado en algunas ocasiones esa pluralidad. Por ejemplo, arrasó en el Sur con Carter y con Clinton. ¿Qué tenían en común? Los dos eran de origen sureño (Carter, de Georgia y Clinton, de Arkansas) y los dos tenían un perfil moderado. Aparte de las querencias por la patria chica, eso sugiere que el electorado sureño está dispuesto a votar opciones moderadas y razonables siempre que se le presenten.
Y es justamente esto, y no su presunto racismo, lo que explica el éxito del Partido Republicano en el Sur.
El Sur de Estados Unidos comprende dos regiones: el llamado Sur Profundo, tradicionalmente más rural, más atrasado culturalmente y más pobre (Alabama, Mississippi, Georgia, Carolina del Sur y Louisiana), y el Sur Periférico (Florida, Texas, Tennessee, Virginia, Carolina del Norte y Arkansas), con una menor población negra y una mayor concentración de núcleos urbanos en rápido crecimiento.
Goldwater, en 1964, y después George Wallace (un racista escindido del Partido Demócrata), en 1968, ganaron justamente en el Sur Profundo, apelando al voto de un electorado blanco con menor nivel de educación y resentido ante los avances en contra de la segregación. Goldwater perdió contra Johnson, un demócrata que ganó en todos los Estados periféricos. Más tarde Wallace perdió contra Nixon, que repitió la jugada de Johnson.
¿Cómo se explica esto? Porque el Sur urbano, educado y de clase media, donde el problema racial no estaba tan enconado como en el Sur Profundo, no votó demócrata, sino republicano. Entre 1960 y 1970 tres cuartas partes de las victorias republicanas para la Cámara de los Representantes se producen en el Sur Periférico, y de los ocho senadores distintos elegidos entre 1961 y 1980 seis proceden del Sur Periférico. La victoria electoral del republicano Goldwater en el Sur Profundo, en 1964, no fue un modelo para el Partido Republicano. Fue una aberración que no debía repetirse.
A todo eso se añade los muchos millones de norteamericanos que se han desplazado en los últimos años desde el Medio Oeste y el Noreste hacia el Sur. Por ejemplo, la familia Bush, que se instaló en Texas viniendo de la zona más aristocrática del Noreste. Muchos de estos "inmigrantes", también como la familia Bush, son republicanos. No porque se sientan identificados con la antigua historia rural y racista del Sur: se identifican con el Partido Republicano porque representa los mismos valores y los mismos intereses que le han dado la victoria en el Sur Periférico: valores familiares, patrióticos, de trabajo y de independencia personal propios una clase media en alza en una de las zonas de mayor crecimiento de todo Estados Unidos.
Es exactamente el diagnóstico del senador por Georgia Zell Miller, que ha reprochado a su propio partido, el demócrata, haber perdido pie para conectar con los valores y los intereses del electorado de amplia clase media que caracteriza tanto al Sur como al resto de los Estados Unidos.
Miller es un demócrata de tradición populista, y extremadamente popular en su Estado. Apoyó a Gore en las elecciones de 2000, pero en 2004 respaldó a Bush. Siendo senador votó a favor de los recortes de impuestos de Bush y del nombramiento de John Ashcroft, auténtica bestia negra de los progresistas, como secretario de Justicia. En modo alguno puede ser considerado un racista. Cuando fue gobernador de su Estado quiso retirar de la bandera de Georgia las barras y las estrellas de la Confederación, que habían sido añadidas en 1956, cuando la clase política local se oponía a las medidas en contra de la segregación en las escuelas.