Estos autores colocan a los Kirchner en un lugar indeterminado entre los carnívoros y los vegetarianos, mientras que al uruguayo Tabaré Vázquez no dudan en situarlo entre los inofensivos.
La percepción de que los políticos uruguayos se han caracterizado por su moderación está muy extendida. A menudo, cuando los uruguayos hablamos con amigos argentinos y comentamos preocupados la realidad de nuestro país, nos dicen: "¡Sus gobernantes, comparados con los nuestros, son un lujo!".
¿Será verdad que las autoridades uruguayas han sido más prudentes que las del otro lado del Río de la Plata, y que la actual Administración efectivamente pertenece al grupo de los vegetarianos? Lo cierto es que los políticos uruguayos han sido más dañinos, y sus políticas han sido más perniciosas. Veamos algunas muestras de ello:
– Juan Domingo Perón es considerado el paradigma del líder populista. Sin embargo, según el Pick's Currency Yearbook, el aumento del costo de la vida entre 1950 y 1975 en Argentina fue del 196,675%, mientras que en Uruguay alcanzó el 323,173%.– En 2006, y en un contexto externo sumamente favorable para Sudamérica, emigraron 17.497 uruguayos y 13.227 argentinos. Cabe recordar que la Argentina tiene una población doce veces superior a la del Uruguay.– La izquierda uruguaya siempre vociferó contra la influencia extranjera, y en nombre de la "soberanía" saboteó todo intento que realizaron los partidos tradicionales de modernizar el país. Ahora bien, desde que está en el Gobierno ha establecido dos marcos jurídicos, uno para las inversiones extranjeras y otro para las nacionales. El director del Departamento de Consultoría de KPMG sintetizó lo que está pasando de la siguiente manera: "El Uruguay está a la venta". Asimismo, aseguró que la mayoría del empresariado autóctono está vendiendo porque la actitud del Gobierno no ha sido "tan grata [con ellos] como con el inversor extranjero".
Por cierto, las figuras relevantes del régimen han confirmado que tienen la mira puesta en la instauración del marxismo. El pasado 1 de Mayo, durante el acto de los trabajadores, hubo ácidas críticas a las cámaras empresariales. La sensación que les quedó a los industriales fue que se buscaba "generar odio entre la población". Allí, los líderes sindicales expusieron sin pudor que iban a luchar para que el partido gobernante se eternizara en el poder.
¿Cómo han de atarse todos estos cabos sueltos? Los actuales gobernantes y sus aliados sindicales buscan el poder absoluto. Para eso necesitan dinero, tiempo... y esconder las intenciones. Ir de vegetarianos pero depredar sigilosamente a la población.
Si, en medio de una aparente bonanza, los uruguayos están emigrando masivamente y vendiendo sus empresas, quizá convendría a los inversores extranjeros poner sus barbas en remojo.
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