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EEUU

El rescate de los ricos

Probablemente este rescate de G. W. Bush pasará a la historia como la vergüenza máxima y el mayor ataque recibido nunca por la economía del mundo libre. Esto es Robin Hood al revés: se quita recursos a la gente común para entregárselos a los señoritos de Wall Street, al efecto de protegerles de la utilización irresponsable de instrumentos financieros, de sus imprudencias y de sus alianzas permanentes con las barrabasadas que comete Washington en los últimos tiempos.

Probablemente este rescate de G. W. Bush pasará a la historia como la vergüenza máxima y el mayor ataque recibido nunca por la economía del mundo libre. Esto es Robin Hood al revés: se quita recursos a la gente común para entregárselos a los señoritos de Wall Street, al efecto de protegerles de la utilización irresponsable de instrumentos financieros, de sus imprudencias y de sus alianzas permanentes con las barrabasadas que comete Washington en los últimos tiempos.
Y que no nos corran con que la protección de esa camarilla de aprovechados redundará en beneficio de toda la población. Una de las lecciones básicas del mercado es que cuando hay activos inservibles, problemas de insolvencia o quebrantos, las aguas deben seguir su cauce, precisamente con vistas a la reasignación de los siempre escasos factores productivos y para no esconder la basura debajo la alfombra, lo cual agrava notablemente la situación y afecta negativamente a sectores que de otro modo son productivos.
 
Toda la razón del mundo tienen quienes denuncian que se privaticen las ganancias y se socialicen las pérdidas. La Administración de Bush II ha significado una cachetada al sentido común: la ratio gasto público-producto bruto ha crecido en estos años a unos niveles nunca vistos en los últimos ocho decenios; hasta cinco veces se ha pedido al Congreso autorización para elevar la deuda, que ahora representa el 70% del PIB; la Reserva Federal se ha empecinado en mantener artificialmente baja la tasa de interés, lo cual induce a que se emprendan proyectos que aparecen como rentables pero que en realidad son antieconómicos; se ha consumido el superávit fiscal de la Administración anterior y se va a dejar un déficit colosal. ¡Y todavía hay distraídos que afirman que esta crisis se debe al capitalismo!
 
A todo esto hay que añadir la patraña mayúscula de la "invasión preventiva" de Irak y el cercenamiento de las libertades individuales en nombre de la seguridad.
 
En un primer momento la Cámara de Representantes rechazó, por 228 votos contra 205, el plan de los 700.000 millones de dólares, pero finalmente éste salió adelante, enmiendas, debido a la mentalidad estatista que lamentablemente prevalece. Hay honrosas excepciones, como el formidable Ron Paul, que con coraje e integridad moral mantiene la antorcha en alto del American way of life.
 
Tal como explica Frank Shoastak –economista jefe de M. F. Gobal–, las cosas deberían encararse como ha encarado el mercado el caso Lehman Brothers: parte de los 639.000 millones de dólares en activos se han reubicado, así como los 26.000 empleados de la compañía, y lo que no servía se ha liquidado. Jim B. Rogers, fundador (con Soros) de Quantum Fund, egresado de Yale y Oxford y profesor invitado en Columbia, afirma que este rescate es peor que lo más turbio que se hace en la China comunista.
 
El Fondo de Cultura Económica acaba de publicar mi libro Estados Unidos contra Estados Unidos, donde señalo los muchos frentes en que ese gran país se está apartando a marchas forzadas de los extraordinariamente sabios principios de los Padres Fundadores. Es de desear que las reservas morales que quedan allí sean suficientemente apoyadas por los espíritus libres; de lo contrario, los graves problemas que habrá de afrontar EEUU se traducirán en un cono de sombra difícil de revertir para el resto del mundo.
 
 
© AIPE
 
ALBERTO BENEGAS LYNCH (H), presidente de la Sección Ciencias Económicas de la Academia Nacional de Ciencias de Argentina.
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