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IBEROAMÉRICA

El populismo y la izquierda moderna

El periodista argentino Andrés Oppenheimer estuvo recientemente en Uruguay presentando su libro Cuentos chinos. Dijo que Latinoamérica tiene dos caminos por delante: "O atrae más inversiones y exporta productos de mayor valor agregado, como lo están haciendo China, India, Chile, Irlanda, Polonia, Chequia, Letonia y todos los demás países que están creciendo y reduciendo la pobreza, o cae en el engaño populista de los capitanes del micrófono que, como Chávez y Castro, culpan a otros por la pobreza en sus países para justificar sus propios desaciertos y perpetuarse en el poder".

El periodista argentino Andrés Oppenheimer estuvo recientemente en Uruguay presentando su libro Cuentos chinos. Dijo que Latinoamérica tiene dos caminos por delante: "O atrae más inversiones y exporta productos de mayor valor agregado, como lo están haciendo China, India, Chile, Irlanda, Polonia, Chequia, Letonia y todos los demás países que están creciendo y reduciendo la pobreza, o cae en el engaño populista de los capitanes del micrófono que, como Chávez y Castro, culpan a otros por la pobreza en sus países para justificar sus propios desaciertos y perpetuarse en el poder".
Andrés Oppenheimer.
Posteriormente, en una entrevista, Oppenheimer dijo que tiene la impresión de que, en Chile, Brasil y quizás en Uruguay, "se estaría rompiendo la vieja maldición de América Latina: un grupo de países adolescentes que cambian las reglas de juego constantemente, donde cada nuevo presidente quería reinventar el país y refundar la república (...) y de esa manera no íbamos para ningún lado (...) Porque nadie va a invertir en un país donde cada nuevo presidente borra lo que hizo el anterior". Y agregó que actualmente los países no se dividen en los de izquierda y derecha, sino entre aquellos que captan capitales y los que los ahuyentan. "Punto".
 
"El cuento chino más grande que escuchamos en América Latina es que la pobreza está aumentando en el mundo, cuando está ocurriendo exactamente lo contrario", expuso Oppenheimer. "La pobreza se ha reducido del 41 al 20% de la población mundial (...) por lo que ocurre en todos lados menos en Latinoamérica (…) En el mundo hay docenas de ejemplos de países que han reducido la pobreza desde que se abrieron y entraron en la economía global. No hay un solo ejemplo de un país que haya reducido la pobreza ahuyentando las inversiones y cerrándose al mundo. Ni uno".
 
Cartel electoral de Tabaré Vázquez.Cuando Oppenheimer clasifica a las naciones en "populistas" y "modernas" duda en qué grupo incluir al Uruguay. Lo mismo nos pasa a los uruguayos cuando analizamos la realidad nacional, porque, desde que asumió Tabaré Vázquez, su Gobierno ha tomado medidas opuestas, y hasta contradictorias entre sí, que causan desconcierto. Es como si, a un carruaje, un conductor distraído o descuidado hubiera enganchado vigorosos animales de tiro en cada uno de los extremos. Y cada uno empuja con decisión hacia su lado, ante la indiferente mirada del cochero. Los transeúntes que contemplaran tan insólita situación notarían que, si no se toman medidas a tiempo, el vehículo terminará destrozado.
 
Por ejemplo, el ministro de Economía expresó recientemente que se busca alcanzar tratados de libre comercio (TLC) con EEUU y China. Pero pocos días más tarde el de Educación y Cultura, presidente del partido gobernante y ex rector de la universidad estatal, declaró en una reunión partidaria que un eventual TLC con Estados Unidos no está en la agenda de la coalición de izquierda. Escasas horas después, en una rueda de prensa el titular de Economía se reafirmó en que un TLC con EEUU es uno de los temas que el Gobierno tiene en su agenda. Y aseguró la posibilidad de que se concrete, porque el Gobierno "ya comenzó a analizarla" a través del Consejo de Ministros.
 
Por otro lado, a fines del año pasado fue aprobada una ley de "libertades sindicales" que hace prácticamente imposible despedir a ningún empleado. De hecho, los sindicalistas pasarán a tener, de ahora en adelante, el verdadero control de las empresas. Se trata de otra contradicción flagrante, porque esa medida ahuyenta las inversiones.
 
Una de las primeras medidas que tomó el actual Gobierno fue derogar un decreto que permitía solicitar ayuda policial para desalojar locales ocupados por medidas gremiales. Sin embargo, procurando evitar que los trabajadores abusen de la ocupación de empresas como medida de lucha, actualmente el Gobierno estudia "regular" ese tipo de medidas sindicales mediante un nuevo decreto o por ley.
 
En Uruguay, eventualmente, triunfará el populismo o la izquierda moderna. La gran interrogante es: ¿en qué condiciones estará el país cuando eso se defina?
 
 
© AIPE
 
Hana Fischer, analista uruguaya.
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