No podemos negar que la red virtual es un terreno pantanoso en el que, actualmente, no hay reglas; un terreno que habría de regularse por medio de acuerdos internacionales para evitar el libertinaje, que podría tener en el futuro consecuencias caóticas para la sociedad. Pero también es cierto que los que somos usuarios de internet, así como de la televisión y la radio, no tragamos entero y no precisamos de un gobierno paternalista que nos enseñe cómo estar bien informados y moldear nuestra propia opinión.
El bufón lo que pretende es silenciar a la ciudadanía, para que le escuche solo a él, y prepara la mordaza lanzando advertencias como ésta:
En el marco de la Constitución, en un gobierno socialista, [los medios] tienen que subordinarse a los intereses del Estado.
Chávez acusa a los medios críticos de cometer delitos. Pero para delitos, los que comete él cuando arrebata a la gente sus libertades, empezando por la de expresión. Por no hablar del crimen que representa el arruinar la riqueza de un país como Venezuela mientras se regala dinero a unos amigos que, una vez lo expriman, darán al dictador una patada en salva sea la parte. Por no hablar de la fechoría que supone el arrebatar su patrimonio a unas familias que trabajaron duro durante largos años, y que contribuyeron al desarrollo de la nación generando empleo y riqueza.
El pasado día 9, Chávez presentó a la Asamblea Nacional un proyecto de ley por el que pretende castigar a quienes envíen por internet
mensajes irrespetuosos a los poderes públicos, que pudieran crear zozobra o promover el desconocimiento de las autoridades legítimamente constituidas.
El proyecto, que reformaría una ley que ya restringe el contenido que puede emitirse por radio y televisión, aboga igualmente por prohibir el uso de redes sociales como Facebook o Twitter a quienes manden mensajes que el poder etiquete como "manipulaciones mediáticas''.
Es muy probable que, haciendo uso de los poderes extraordinarios que el Parlamento le concedió de manera irregular el día 17 –para que, por más de un año, haga y deshaga, decrete leyes y gobierne al margen de la Constitución–, Chávez logre salirse con la suya: impondrá una mordaza que le permitirá castigar a la prensa y silenciar la Red.
Lo que intenta Chávez es encubrir el fracaso de sus planes y la bancarrota del Estado, del que se ha servido para saciar su codicia y narcisismo. Su proyecto fundamental es imponer definitivamente el proyecto cubano, lo cual sumiría a Venezuela en la oscuridad del totalitarismo.
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