El odio debe de haber emergido como condición natural en el hombre de Sabaneta, nacido en un hogar modesto. Sus complejos de inferioridad y por ende su aversión hacia quienes tenían más méritos o abolengo no hicieron sino agravarse con el paso de los años. Su encuentro con Fidel Castro remachó el odio como una armadura de hierro en su lucha contra las clases sociales superiores, cebándole ese rencor que le rezuma por los poros cada vez que comparece en público.
Aún está por escribirse el libro que analice con profundidad el odio de Chávez.
El presidente usa su resentimiento para unificar a sus seguidores. El académico Hebert Koeneke indicó en uno de sus estudios que el discurso racial de Chávez es muy claro:
Es divisionista para consolidar a sus seguidores a través del odio, incluso el odio étnico.
Chávez odia a todo el que no esté ciegamente detrás de él siguiendo sus órdenes.
Y ese odio ha causado un sinnúmero de muertes entre sus propios compatriotas, a quienes juró, como presidente, defender.
Chávez ha sido acusado ante la Corte Penal Internacional (CPI) de delitos de lesa humanidad por el exembajador de Venezuela ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Diego Arria. A juicio de éste, el mandatario fomenta un opresivo clima de odio en el país que ha puesto en peligro a muchos venezolanos y costado la vida a miles de ellos.
El exdiplomático, uno de los seis aspirantes a disputar a Chávez la presidencia del país en las presidenciales del próximo año, declaró:
Hay un inventario de acciones realmente terribles, de las brutalidades cometidas contra miles y miles de venezolanos, que van desde asesinatos hasta desplazamientos forzados y [confiscaciones], como parte de una política sistemática generalizada (...) de violar los derechos humanos y realmente cometer crímenes de lesa humanidad.
En lo internacional, su odio más enconado es contra Estados Unidos y sus instituciones. Por eso es tan incongruente el beso entre Chávez y Obama que la marca italiana Benetton exhibió recientemente en una campaña publicitaria contra el odio.
El odio existió siempre en Chávez, y va a estar latente en él hasta que se muera, porque forma parte de su naturaleza.
ANGÉLICA MORA, periodista.