De los catorce, diez son izquierdistas, tres son socialdemócratas amantes del estatismo y sólo uno apuesta por una mayor libertad individual: el libertario. Una de las últimas encuestas indica que el ex presidente Óscar Arias, del PLN, ganaría las elecciones, con un 45% de los votos; le siguen Ottón Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), con un 20%, y Otto Guevara, del Movimiento Libertario (ML), con un 15%. Los otros prácticamente no cuentan.
– Óscar Arias. Como ex ministro de Planificación, Arias cree mucho en la planificación y la intervención del Estado. No tiene claridad en cuanto a cómo se genera la riqueza de la sociedad, ni del rol que juega el derecho de propiedad. Habla mucho de la modernización, pero le es difícil resistir a la tentación de querer hacerlo todo. Es un gran defensor del CAFTA (tratado comercial entre Centroamérica y Estados Unidos), no tanto porque aprecia la importancia del libre comercio para la generación de riqueza como porque, como productor de azúcar y alcohol, tiene mucho que ganar personalmente. Ha dado su completo respaldo al empobrecedor paquete de impuestos, disfrazado como reforma fiscal, que se discute actualmente en el Congreso. Por otra parte, promete elevar el financiamiento para la educación, ignorando que el problema educativo es la estatización, que la convierte en una educación que atonta.
– Ottón Solís. Este ex ministro de Planificación del Gobierno de Arias (1986-90) se separó del PLN durante la contienda anterior para fundar un partido, nacionalista y apologista del Estado, cuya bandera es la ética en la función pública. Ottón Solís defiende a muerte la protección de los productores agrícolas e insiste en la necesidad de renegociar el CAFTA, porque, tal como está, "es un tratado para que Costa Rica se abra a las importaciones y a las empresas multinacionales".
Esta expresión demuestra su supina ignorancia económica; pero no está solo, lo acompañan otros once candidatos. El problema es que en el Tercer Mundo se cree que la riqueza se genera a través de la producción y los gobernantes diseñan programas para ayudar al productor, estimular la producción y atraer inversión extranjera para que produzca. La actual campaña está repleta de promesas para crear esos programas.
Por otra parte, esas mismas políticas tienden a dificultar y hasta impedir el intercambio y el consumo de bienes y servicios. La realidad es otra: la riqueza se define en función del consumo y no de la producción. La riqueza no es lo que se produce, sino lo que se consume, y, como casi todo el consumo de bienes y servicios se lleva a cabo después del intercambio, está claro que la mayor parte de la riqueza se genera a través del proceso de intercambio y no de la producción. Esto Ottón Solís no lo entiende; tampoco entiende que la protección de un grupo de productores representa un castigo y una violación del derecho de propiedad de los demás productores, lo cual va en contra de la ética en la función pública; es decir, de lo que él predica.
– Otto Guevara. Para aspirar a ser más que la conciencia nacional en defensa de la libertad individual en medio de tanto socialismo, el ML y Otto Guevara se reinventaron. El partido se deshizo del ala dogmática, suavizó sus posiciones estrictamente libertarias y atrajo a figuras que hasta hace poco eran las más "derechistas" del partido Unidad Social Cristiana, actualmente en el poder y cuyo candidato ostenta sólo el 3% de la intención de voto.
A pesar de ello, sus propuestas son básicamente libertarias. Otto Guevara promueve el CAFTA y se opone al actual plan fiscal. Además, propone eliminar regulaciones, reducir impuestos, abrir los monopolios estatales, profundizar la liberalización comercial, formalizar a los informales, titular tierras, no utilizar policías en los crímenes sin víctimas, respetar el derecho a la defensa propia y tratar equitativamente a los inmigrantes.
El dilema latinoamericano es que, para que el sistema de especialización e intercambio genere la máxima riqueza para todos, es indispensable tener reglas del juego que respeten el derecho de propiedad. En América Latina el Estado se arrogó la potestad de fijar dichas reglas, pero los gobernantes siempre han despreciado el derecho de propiedad de los ciudadanos.
He ahí el dilema. Hoy por hoy, todas las leyes, normas y decretos que configuran la política del Estado (las reglas del juego) violan el derecho de propiedad o propician su violación por parte del Estado mismo. De los catorce aspirantes presidenciales y los miles de individuos que aspiran a gobernar Costa Rica durante 2006-2010, muy pocos son conscientes de esto. Por lo tanto, es muy probable que el próximo cuatrienio sea similar a los anteriores: populismo, socialismo y pobreza.
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