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Enrique Navarro

Putin: el mentiroso compulsivo

Desde 1945, Rusia es responsable de la mayor amenaza a la paz y el progreso mundial, y nos quieren hacer creer que todo es culpa nuestra.

Desde 1945, Rusia es responsable de la mayor amenaza a la paz y el progreso mundial, y nos quieren hacer creer que todo es culpa nuestra.
Vladimir Putin, presidente Ruso | EFE

Después de la conversación de ayer entre Biden y Putin, se terminaron las opciones diplomáticas; todos sabemos que no habrá acuerdo y quedará a la decisión personal del líder ruso invadir un país con las decenas de miles de muertos, los centenares de miles de refugiados que conllevará, simplemente para defender una mentira, que Occidente pretende acabar con Rusia. La historia contradice a Putin cada que vez que habla con ese tono de agente de la Gestapo, haciendo a todo el mundo culpable de lo que acontece contra su país para justificar su represión y ofensiva para salvar a Rusia, no muy diferente de Hitler haciendo culpable a los judíos de los males de Alemania o Stalin acusando a los tártaros de zaristas y anticomunistas, cuando apenas sabían leer.

Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, la URSS y luego Rusia, sólo han tenido un objetivo estratégico, el dominio de Europa y la superioridad estratégica sobre Estados Unidos. Por estas "nobles razones" condenaron a su pueblo a las mismas penurias que el zarismo, crearon un imperio militar a costa del hambre y la explotación de su pueblo; y construyeron sus Gulags, como Hitler sus campos de concentración, para exterminar a la oposición, en la que cabía media Rusia.

Cuando la URSS ordenó el bloqueo de Berlín en 1948, no le importaba que murieran millones de berlineses, incluyendo niños por conseguir este trofeo. En 1956 invadieron Hungría cuando las ansias de libertad de un pueblo se levantaron de forma tímida; lo mismo hicieron en Checoslovaquia en 1968. La doctrina Brevnev era muy clara: la URSS se reserva el derecho de intervenir en todos aquellos lugares donde las fuerzas liberales se opongan al comunismo. Por esta razón invadieron Afganistán en 1979, instalaron misiles nucleares de forma subrepticia en Cuba con un solo objetivo, humillar a los Estados Unidos. Durante décadas apoyaron a grupos terroristas europeos, organizaron las guerrillas en América Latina y África y pretendieron sumir al sur de Europa en una guerra civil después de la Segunda Guerra Mundial. Promovieron un golpe de estado en Polonia cuando el sindicato Solidaridad clamaba por derechos, y atacaron Vilnius con decenas de muertos. Cuando reclaman la extensión de la OTAN a sus fronteras, olvidan que ellos instalaron misiles nucleares. en Alemania y Checoslovaquia; como dice el refrán "piensa el ladrón que todos son de su condición".

La Rusia de Putin continuó con esta actitud agresiva interviniendo en Chechenia, Azerbaiyán, Georgia, Ucrania a la que usurpó una parte de su territorio soberano y finalmente en Kazajstán, reprimiendo a la oposición a sangre y fuego. Apoya a regímenes totalitarios en América Latina y es responsable del ataque a los derechos y libertades en muchos países promoviendo movimientos populistas que pretenden acabar con la democracia.

Mientras tanto, desarrolla armas ofensivas destinadas a una solución final, mantiene estructuras para crear miles de ataques cibernéticos contra Occidente con pérdidas billonarias y se monta un ejército paralelo que interviene en África manteniendo a sátrapas y dictadores y condenando a sus pueblos al hambre y a la desesperación e incautándose de sus riquezas. La siguiente oleada de este ataque será empujar a millones de subsaharianos a las fronteras de Europa huyendo de sus atrocidades, para desestabilizarnos.

Enfrente tenemos a un líder que no tiene restricciones morales y esto nos lo debemos grabar en nuestra frente cada vez que iniciemos una acción diplomática.

Rusia actúa como esos torturadores que poco a poco van tensando la cuerda. La sola presencia de cientos de miles de tropas en constantes maniobras es una acción claramente ofensiva que pretende desmoralizar a Occidente, generar divisiones entre los miembros de la OTAN y promover reacciones en los países fronterizos que justifiquen su invasión. Desde 1945, Rusia es responsable de la mayor amenaza a la paz y el progreso mundial, y nos quieren hacer creer, con el soporte de una amplia masa de palmeros, que todo es culpa nuestra, pero no es así.

Los Occidentales debemos entender que Putin quiere ser nuestro enemigo y que tenemos que defendernos, y como se suele decir "al enemigo ni agua". Necesitamos y queremos una Rusia que vuelva a la esfera internacional, que defienda los derechos humanos, que promueva la cooperación y el progreso. Sin embargo tenemos una Rusia autoritaria que dedica más del 10% de su PIB a una política militar agresiva, que asesina a opositores y que coarta los derechos civiles; no podemos darle al líder de un país así ni el beneficio de la duda.

Putin decidirá qué mundo quiere para los próximos diez años y si quiere embarcarnos a todos en una guerra en Ucrania y después en Moldavia y después en Polonia. Los antecedentes y el esfuerzo bélico de Rusia nos enseñan que no se detendrá en Ucrania, sino en las llanuras de Illinois, y no ya al servicio de una ideología, ni para promover la lucha de los oprimidos, ni para instalar esculturas de Lenin, como las que todavía se adornan con flores en Moscú, en todas las capitales de Europa, es solamente por la locura de un líder que lleva a su pueblo a la miseria para poder afirmar que domina el mundo; otro loco megalómano al que le hemos dado capacidad para dirigir un ejército enorme e imponer su ley, mientras nos perdemos en juegos de café y conversaciones que solo pretenden generar mas confusión y división ente nosotros. Putin ya sabe donde está Occidente, ahora si quiere, que ataque y ya nos las veremos o que se retire y empiece a pensar en lo que el pueblo ruso realmente necesita.

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