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Emilio Campmany

Rajoy jugando al Omaha Hi Lo

Sea quien sea el que nos mande Rajoy, de no ser González, será alguien dispuesto a plegarse a las exigencias de Montoro.

A veces, convencido de que Rajoy tiene tan mala baba que el rencor puede llegar a nublarle la vista, he sostenido con vehemencia que Ignacio González y Esperanza Aguirre jamás serán los candidatos del PP en estas elecciones municipales y autonómicas. Se me ha argumentado que, por muy rencoroso que sea el gallego, no es tonto y sabe que esos dos nombres le garantizan los mejores resultados posibles en Madrid y, dado que en general serán malos, no puede permitirse el lujo de prescindir de esos candidatos por mucho que los odie. Hoy, no sólo creo que no lo serán por la mucha ojeriza que les tiene, sino porque además está convencido de que le conviene perder Madrid.

En el póquer Omaha Hi Lo (abreviaturas de "High", "alto" y "Low", "bajo"), el plato se reparte entre quien posea la mejor mano y el que tenga la peor. Dado que se dan cuatro cartas a cada jugador y que la jugada se forma con dos de la mano y tres de la mesa, es posible con cada pareja de naipes componer a la vez la mejor y peor combinaciones y ganar todo el plato de una vez. Eso es exactamente lo que pretende Rajoy. Eligiendo malos candidatos se garantiza la derrota en la mayoría de las Comunidades Autónomas. Estando como está el PSOE, en casi todas las comunidades se formarán, en el mejor de los casos, gobiernos de coalición PSOE/Podemos. Así ganará la mano "Lo". Los disparates que harán serán de tal envergadura que los insensatos votantes del PP que optaron por la abstención o, aun peor, decidieron arrojarse en brazos de Ciudadanos o UPyD, se arrepentirán enseguida y, cuando se convoquen las generales, acudirán dándose con los talones en el trasero a votar al denostado Rajoy. Será la única forma de evitar, bajo el principio del mal menor, que la nación caiga en manos de la desastrosa coalición que estará demostrando ser en las autonomías el PSOE con Podemos por culpa precisamente de los votantes que desertaron del PP. Y así es cómo Rajoy ganará también la mano "Hi".

Naturalmente, el plan es una insensatez. Y un error. En Madrid, estamos mejor que en el resto, no porque gobierna alguien del partido de Rajoy, sino porque gobierna uno que no obedece las órdenes que Rajoy da por boca de Montoro. Puede que haya quienes luego se arrepientan de no haber votado al PP en las próximas autonómicas si finalmente se hacen con el poder el PSOE y Podemos. Pero los que lo hagan deberían pensar que sea quien sea el que nos mande Rajoy, de no ser González, será alguien dispuesto a plegarse a las exigencias de Montoro. Y francamente, qué más nos va a dar que nos chupe la sangre un comunista u otro.

La única esperanza que nos queda es saber que Rajoy no sabe ni tenerlas.

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