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Emilio Campmany

Juan Carlos y el PSOE

Juan Carlos será lo que sea, pero no olvidemos qué es el PSOE y quiénes son los actuales dirigentes comunistas españoles.

Juan Carlos será lo que sea, pero no olvidemos qué es el PSOE y quiénes son los actuales dirigentes comunistas españoles.
Don Juan Carlos | Gtres

Desde hace mucho tiempo, lo de Juan Carlos era un secreto a voces. Los líos de faldas empezaron desde muy poco después de morirse Franco. Pero lo de la pasta fue en época de Felipe González. Entonces no lo sabíamos, pero la transformación que Alfonso Guerra quería para España hasta dejarla sin que pudiera reconocerla la madre que la parió consistió en convertirla, del rey abajo, en un cenagal de corrupción. En aquella época no había corrupto que se preciara que no acudiera al entonces rey a tratar de meterlo en el negocio para así mejor protegerse de la Justicia. Naturalmente, el único responsable del enorme daño que se ha hecho a la institución es de Juan Carlos, pero no es menos cierto que ese daño jamás se habría producido sin el ambiente adecuado, y éste fue obra del PSOE de Felipe González. Por ejemplo, quien hoy nos sermonea pomposo y campanudo indultó en 1994 a Jesús Gil, corrupto entre corruptos, a cambio de que quien fuera alcalde de Marbella no relatara cómo había financiado ilegalmente al PSOE andaluz. Gil se llevó la fama, pero era el PSOE el que cardaba la lana.

En ese fétido ambiente fueron muchos los que se enriquecieron, Pujol, Conde, de la Rosa y muchos más. Y entre ellos, para nuestra desgracia, Juan Carlos, rey de España, quien además extendió su manto de impunidad sobre todo aquel que supo arrimarse a él. El PP, por su parte, sufrió primero una especie de ceguera autoinfligida para evitar poner en peligro la Monarquía. Luego, pensó que por qué no beneficiarse él también de un sistema que no podía desmontar sin perjudicar al rey. Pero como hasta para corromperse son torpes, ya en época de Rajoy permitieron que la prensa de izquierdas y las televisiones presentaran a la Gürtel como la madre de todas las corrupciones, mientras que los ERTE del PSOE eran vistos como fruslerías de apenas unos cientos de millones de euros.

En cualquier caso, es muy probable que, de la misma manera que sin la corrupción del PSOE Juan Carlos no habría hecho lo que hizo, no lo es menos que sin la ligereza, por llamarlo de alguna manera, de Juan Carlos habría sido más fácil perseguir la corrupción del PSOE. Y ahora los españoles que creen en la Monarquía como símbolo de unidad y seguro de estabilidad tienen que aguantar que los comunistas de Podemos quieren acabar con la institución. Y que pretendan hacerlo coaligados con el partido más corrupto de la historia de España, viviendo en casas de lujo que no explican con qué dinero compran, sin declarar al Fisco pagos de cientos de miles de euros que han cobrado injustificadamente, dejando de pagar la Seguridad Social de sus empleados o recibiendo financiación de dictaduras comunistas y teocracias autoritarias. Y quien los mantiene en el Gobierno es precisamente el PSOE.

Juan Carlos será lo que sea, pero no olvidemos qué es el PSOE y quiénes son los actuales dirigentes comunistas españoles.

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