De Arrimadas ya lo ha dicho todo ella misma con la torpe defensa que de su decisión ha hecho en la COPE. De Ayuso también lo ha dicho todo Cayetana Álvarez de Toledo en su memorable tribuna de El Mundo de este jueves. Pero todavía no se ha dicho todo de Sánchez. Se lee que la maniobra murciana le ha salido muy bien, que arrebatarle al PP uno de sus feudos es un evidente éxito, que apoderarse del ayuntamiento de la capital del Segura constituye un logro indudable, pero ¿qué pasará si el PSOE pierde las elecciones del 4 de mayo? Sánchez y la izquierda mediática eligieron a Ayuso como blanco de todas sus diatribas una vez que Casado se dejó seducir por la moderación y sustituyó a la combativa Cayetana por la dócil Cuca Gamarra. De hecho, el plan consistía en convencer a Arrimadas de que permitiera a Aguado dejarse elegir presidente de Madrid por socialistas y comunistas. Y Ayuso les madrugó. Lo que ha provocado Sánchez en Murcia es dar a los madrileños la posibilidad de censurar su política de incompetencia, muerte y alianza con los enemigos de España.
Y ha sido él quien, habiendo elegido a Ayuso como la pieza a cobrar, ha hecho que lo que se debata en Madrid el 4 de mayo sea cuál ha sido la mejor gestión de la pandemia, si la suya o la de la presidenta madrileña. Y hoy por hoy, el resultado más probable es que la que salga censurada ese día sea la política de Sánchez. Y no lo será en cualquier sitio, sino en Madrid, donde el elector siempre tiene bien presente la política nacional, incluso cuando las urnas son autonómicas. Una debacle en la comunidad madrileña no tiene por qué significar una futura derrota en el resto de España. Pero si hay una región donde los resultados pueden servir para identificar una tendencia general, ésa es Madrid.
El sanedrín socialista ya está buscando un candidato que pueda enfrentarse a Ayuso. Piensan en Margarita Robles porque es lo más presentable que tienen en el Gobierno. Su elección, una mujer que no fue a la manifestación del 8 de marzo de 2020 y que es de lo mejorcito que tuvo el PSOE antes de que aterrizara el solemne y se apoderara del partido el galán de sauna, es en sí misma una confesión de saber lo que opinan los madrileños de Sánchez, Calvo, Ábalos y sus socios comunistas. No se sabe si Robles aceptará. Lo que es seguro es que, de hacerlo, lo hará a regañadientes. “¡Que presenten a Calviño o a Teresa Ribera!”, pensará.
Quiera o no quiera, lo que Sánchez ha conseguido es una cita para batirse en duelo con Ayuso el 4 de mayo. Y la madrileña maneja el Colt 45 Peacemaker mejor que Wyatt Earp cuando quien está al fondo de la calle es un rojillo de pitiminí. Otro duelo que no hay que perderse es el que enfrentará al pistolero recién llegado a la ciudad, Iván Redondo, con el viejo sheriff del condado, Miguel Ángel Rodríguez. Pero ése es otro artículo.