Si hay un consenso indiscutible en materia política entre los españoles, es que José Luis Rodríguez Zapatero ha sido el peor presidente de la Historia de España. Su política de rencor y sectarismo a través de iniciativas como la malhadada Memoria Histórica permitió la posterior eclosión del fenómeno podemita, un movimiento de extrema izquierda dispuesto a acabar con nuestro sistema de libertades, que de otra manera hubiera permanecido en el albañal sociológico donde hocican en los países civilizados estos grupos antisistema.
Su política exterior, caracterizada por su proximidad a los peores regímenes del planeta y la delirante apuesta por una risible alianza de civilizaciones, convirtió a España en un apestado en los foros internacionales. Sin embargo, donde Zapatero dio todo de sí fue en su política económica, con la que devastó a toda una generación de españoles multiplicando exponencialmente el gasto público a través de sus planes keynesianos y envió al paro a casi cuatro millones de trabajadores.
Pues bien, este personaje es el último y más flamante aval de la candidatura de Soraya Sáez de Santamaría para hacerse con la presidencia del Partido Popular en el congreso extraordinario que tendrá lugar este próximo fin de semana. Zapatero completa así un cuarteto de excepción integrado por los populares Javier Arenas, Cristobal Montoro y Celia Villalobos, todos los cuales han manifestado su apoyo incondicional a la ex vicepresidenta. Todos ellos han coincidido también en atacar a Pablo Casado con similares argumentos, al que ven como un peligro no ya para el PP, partido que aspira a presidir, sino para el conjunto de España.
El miedo es tan atroz que hasta Zapatero, que en la política interna de España había venido haciendo gala de una gran discreción, ha salido a la palestra para evitar que el PP caiga en manos ajenas al cotarro en el que tan bien se mueve la actual élite política. Al expresidente socialista solo lo veíamos trabajar a fondo para apuntalar el régimen de Nicolás Maduro y evitar la vuelta de la democracia y la libertad a Venezuela. Ahora también apuesta por Soraya para que nada se mueva en el PP. Como argumento para que los compromisarios decidan su voto el próximo sábado, este apoyo de ZP a Soraya tiene un valor difícil de calcular.