La inquina de Pablo Casado hacia Vox –formación conservadora a la que el PP debe el gobierno de no pocos ayuntamientos y comunidades autónomas– parece no tener límite: Tras descalificar personalmente a Santiago Abascal y votar, junto a socialistas, comunistas y separatistas, contra la moción de censura planteada por Vox contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez, el PP de Casado volvió a dejar solos a los de Abascal contra el liberticida e inconstitucional estado de alarma de seis meses decretado por el gobierno social/comunista. No contento con ello, Casado volvía a arremeter pocos días después contra la formación conservadora equiparándola con la extrema izquierda podemita y acusándola falsamente de justificar actos vandálicos y altercados producidos durante el último fin de semana de octubre que Vox desde el primer momento condenó.
Aun así, este miércoles Casado ha vuelto a la carga contra Vox, en defensa, además, de una ley tan antiliberal, discriminadora e ineficaz como la mal llamada Ley contra la Violencia de Género. Así, y como si los de Abascal hubieran negado alguna vez la existencia o el carácter criminal del maltrato, de la violencia o del asesinato que algunos hombres perpetran contra sus pasadas o presentes parejas, Casado ha tenido la desfachatez de acusar a Vox de predicar un "negacionismo que es letal para conseguir resolver un problema que es innegable".
Aquí el único "negacionismo" que resulta letal para resolver un problema que, ciertamente, es innegable, es el de quienes se niegan a respaldar la propuesta de Vox de endurecer las penas para quienes perpetren estos crímenes, con independencia del sexo que tengan victimas o victimarios. Aquí el único "negacionismo" denunciable es el de quienes se niegan a reconocer el absoluto fracaso de la mal llamada Ley Contra la Violencia de Género a la hora, no ya de "resolver", sino, al menos, de reducir algo el número de mujeres maltratadas o asesinadas por sus ex parejas. Aquí el único "negacionismo" execrable es el de quienes se niegan a admitir la vulneración de dos principios tan elementales en cualquier Estado de derecho, como es el de la presunción de inocencia o el de la igualdad ante la ley, que conlleva una mal llamada "ley" que otorga carácter probatorio a la propia acusación si es una mujer la que acusa y un varón el acusado. Aquí el único "negacionismo" antijurídico es el de quienes utilizan el dato estadístico que señala que hay más mujeres asesinadas por hombres que hombres asesinados por mujeres para justificar una injusta y desigual reprobación moral, mediática, política y penal de los crímenes perpetrados por las mujeres en el ámbito doméstico. Aquí el único "negacionismo", no menos letal para nuestro Estado de derecho, es el uso torticero que algunas mujeres están haciendo de esta injusta e ineficaz ley para tratar de obtener ventajas en los procesos de divorcio.
Ante este dramático panorama, ¿cuántos años más tienen que pasar y cuántas mujeres más han de ser criminalmente maltratadas para que el PP –junto a socialistas y comunistas– admitan de una vez por todas el fracaso de una ley que vulnera, además, principios elementales de cualquier Estado de derecho? ¿Cuánto tiempo va a negarse Casado a admitir que los propios votantes del PP –por no hablar de su encomiable y defenestrada exportavoz, Cayetana Álvarez de Toledo– sienten hacia esta "ley" el mismo rechazo que sienten hacia la no menos criticable Ley de Memoria Histórica, aprobada también vergonzosamente en su día por el PP de Rajoy? ¿Se cree Casado que, por invocar nombres como el de Popper, Hayek o Mises, tal y como hizo en el Congreso poco antes de votar junto a socialistas y comunistas en contra de la moción de Vox, va a convertir en eficaz y en liberal la más antiliberal y fracasada ley de cuantas han sido promulgadas en Europa?
¿Acaso, finalmente, pretende Pablo Casado superar a Mariano Rajoy como la mejor razón para que los votantes del PP pasen a votar a Vox?