Hoy, 8 de octubre de 2017, centenares de miles de españoles, la mayoría de ellos catalanes, han hecho historia en Barcelona en una movilización sin precedentes en Cataluña. Toda España ha mirado hoy con emoción a una Barcelona española, una imagen inédita para muchos, convertida en un clamor contra el nacionalismo, que después de 40 años usando todos los resortes del poder para inocular el odio a España en varias generaciones, ha colocado a Cataluña al borde del enfrentamiento civil.
Muchos españoles han recordado seguramente las movilizaciones tras el secuestro y asesinato de Miguel Ángel Blanco, tal vez la última vez que el pueblo español habló con la rotundidad y la emoción que lo ha hecho hoy en Barcelona. Un día que muchos catalanes que llevan toda la vida sufriendo el nacionalismo y especialmente aquellos que han dado la cara en la soledad más absoluta no olvidarán jamás. Cómo no lo olvidaremos el resto de los españoles. Las imágenes hablan por sí solas: más que una manifestación, vimos una marea humana con los colores de la bandera nacional y un grito unánime de basta ya, que tuvo el broche de oro en un gran discurso de Mario Vargas Llosa
Pero, no nos engañemos, España, abandonada por su propio Gobierno, sigue en una situación de extrema gravedad. Mientras esto sucedía en Barcelona, con la presencia en la cabecera de la marcha de Albert Rivera, Inés Arrimadas y Xavier García Albiol, en el palacio de la Moncloa no ha habido noticias de actividad alguna. Salvo una llamada al diario El País para que hiciese desaparecer dos frases de Mariano Rajoy de la larguísima entrevista que publica el diario de Cebrián. No tenemos constancia de ello pero es la única hipótesis no paranormal que explica lo sucedido. Justo las dos frases de Rajoy a las que se refería, antes de la mutilación, Federico Jiménez Losantos en su artículo de este domingo. Justo las dos frases, casi idénticas, en las que Rajoy deja claro que no piensa hacer nada en Cataluña:
Tenga la total y absoluta certeza de que el Gobierno va a impedir que cualquier Declaración de Independencia se pueda plasmar en algo.
Impediré que la declaración de independencia, si la hubiere, signifique algo.
Dos entrevistas pactadas y editadas, una a la agencia Efe y otra al diario El País, esa es toda la actividad de Rajoy desde que el martes Felipe VI le instó claramente a actuar contra los golpistas. Ni siquiera le ha aparecido oportuno hacer este domingo una simple valoración de una manifestación que ha causado un enorme impacto en toda la Nación. Después del discurso del Rey y de lo visto hoy en Barcelona, tenemos la certeza de que España afronta estos momentos tan difíciles con un jefe de Estado y una sociedad civil dispuestos a defender la legalidad, la libertad y la decencia frente a los golpistas. Lamentablemente, tenemos la certeza también, y esto es gravísimo, de que el Gobierno no va a hacer nada para frenar este eterno golpe de Estado.