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EDITORIAL

Un primer paso, tardío e insuficiente, pero necesario

Rajoy todavía tiene mucho por hacer para que la responsabilidad de una eventual convocatoria de nuevas elecciones recaiga exclusivamente en el PSOE.

Es cierto que la abstención del PSOE es condición necesaria y suficiente para que Rajoy sea investido en segunda votación como presidente del Gobierno. Sin embargo, este hecho no implica que sea irrelevante un acuerdo con Ciudadanos de cara, no sólo a dar mayor respaldo y estabilidad al futuro Gobierno del PP, sino para lograr la abstención socialista, sin la cual estamos abocados, previa investidura fallida de Rajoy o de cualquier candidato, a la convocatoria de unas nuevas elecciones generales.

El acuerdo del PP con Ciudadanos, no por insuficiente deja de ser necesario, porque difícilmente la dirección del Partido Socialista pasará de oponerse a abstenerse a la investidura de Rajoy cuando éste no ha conseguido sumar todavía un solo voto más del de sus 137 diputados.

El propio Sánchez utilizó el martes esto como excusa, así como el hecho no menos cierto de que Rajoy todavía no ha aclarado si se presentará a la investidura, para justificar su posición de bloqueo; excusas que Rajoy puede y debe hacer desaparecer en el momento en que logre un acuerdo con Ciudadanos y anuncie que se presentará, si o sí, a una sesión de investidura a la que ya debería haber puesto fecha.

Aunque sea con tardanza, el presidente en funciones se ha puesto manos a la obra con su reunión de este miércoles con Albert Rivera, con quien ha dado, como Rajoy mismo acertadamente ha señalado, un “primer paso” para lograr un acuerdo que bien puede ser un medio de presión y de mediación para aspirar a que, más adelante, el PSOE cambie de postura y pase del voto negativo a la abstención. Al fin y al cabo, Ciudadanos es una formación con la que el propio Pedro Sánchez llegó a un acuerdo de investidura, y que ahora no va a pactar con el PP cosas distintas a las que acordó hace escasos meses con el PSOE. A eso hay que sumar la presión de muchos destacados dirigentes socialistas favorables a la abstención, a lo que hay que añadir la demoledora critica que un periódico tan influyente en el PSOE como El País ha dedicado a la actitud de Sánchez.

Aunque haya que insistir en que ese previsible acuerdo con Ciudadanos, así como las presiones favorables a la abstención que Pedro Sánchez está recibiendo en el seno y en la órbita de su propio partido, no garantiza per se un cambio de postura en la dirección socialista, qué duda cabe de que lo facilita extraordinariamente

Lo que es seguro es que no habrá desbloqueo de la situación si Ciudadanos, tal y como ha ocurrido hasta la fecha, es la única formación en estar a la altura de las circunstancias y tener sentido de Estado en el mejor sentido de esta no siempre encomiable expresión. Rajoy debe olvidarse de lo que tiene que hacer Pedro Sánchez y empezar a hacer lo que tiene que hacer él. Y lo que tiene que hacer es anunciar que se presentara a la investidura, y con un acuerdo con Ciudadanos extensible al Partido Socialista. Sólo entonces la culpa de la eventual convocatoria de unas nuevas elecciones generales recaerá enteramente sobre el PSOE.

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